Llegaron de repente y sin avisar. Los patinetes eléctricos son trending en la movilidad urbana. En las grandes ciudades se ha vuelto de lo más común toparse con estos nuevos elementos en la vía pública. ¿Es una moda descontrolada o una forma de circular por las grandes ciudades?
Este tipo de vehículos han pasado de ser un elemento de ocio a convertirse en el principal medio de transporte de muchos ciudadanos. Algunas de las grandes ventajas que ofrecen son la velocidad que llegan a alcanzar en pocos segundos; su reducido coste de adquisición y mantenimiento; y la facilidad transportarlos o de combinarlos con otros medios de transporte… Además, en tiempos donde el cambio climático es un problema social muy importante, supone una forma eco-friendly y eficiente de moverse. Para ilustrarlo, con cifras, su impacto medioambiental es 6 veces inferior a la de una moto baja cilindrada y 16 veces inferior a la de un vehículo convencional.
“Tengo un patinete eléctrico y me gusta mucho. Puedes ir rápido a los sitios y no hay necesidad de coger ni transporte público ni coche. Tampoco necesitas carnet de coche. Simplemente hay que cargarlo unas horas”, señala Penélope, usuaria de estos vehículos.
“No es un juguete, es un medio de transporte. En un futuro tendría que potenciarse tanto los carriles bici como el uso de este tipo de movilidad ya que es sustitución del coche. Desde que tengo patinete no lo utilizo nada”, señala otro ciudadano.
Todo comenzó con las empresas de alquiler de este tipo de vehículos. Su funcionamiento dependía de una aplicación de móvil donde se realizaba el pago y la autorización para su funcionamiento. Durante su corto recorrido, los ciudadanos pudieron ver un uso poco cívico. Se sucedieron actos vandálicos y los patinetes acababan encima de los árboles, tirados en las fuentes… Después, colisionaron con las instituciones. Multitud de consistorios empezaron a prohibir esta forma de compartirlos y en la urgencia de emplearlos, los ciudadanos comenzaron a comprarlos para uso particular.
Y como todo fenómeno de nuevo cuño, se ha dado un vacío legal evidente al no existir una regulación específica para vehículos de motor similares. En España, el Gobierno central legisló una normativa general y dejó a los ayuntamientos la concreción de las normativas. El avance tecnológico ha superado los ritmos institucionales para generar normativas.
CORT APUESTA POR "UNA LÍNEA APERTURISTA" DE LA NORMATIVA
En el caso de Palma, se permite la circulación de estos patinetes a mayores de 15 años, siempre que los vehículos dispongan de timbre, sistema de frenado, luces y elementos reflectantes. Además, solo puede ir una persona en el patinete y sus conductores deben llevar casco y conducir solo por el carril bici. Sin embargo, muchos usuarios no conocen estas nuevas normas.
Francesc Dalmau, regidor de movilidad del Ajuntament de Palma, asegura en declaraciones a Mallorcadiario.com que “se tomarán medidas desde el Ayuntamiento para seguir mejorando la normativa”. Además aclaró que el Consistorio va a adoptar una línea aperturista porque supone una manera de moverse de forma sostenible.
“Apostaremos por este medio porque reduce las emisiones de CO2 que sufre la ciudad”, explicó Dalmau. Respecto a la divulgación de la normativa adelantó que van a preparar un plan para que todos los usuarios conozcan cada una de las normas establecidas.
En otros países de Europa, se han tomado medidas similares que en España. Sin embargo, en Reino Unido los patinetes eléctricos están prohibidos.
“No lo veo bien. Van muy deprisa. Se tendrían que prohibir igual que las bicicletas. Un día me tiró una bici caminando”, se queja una mujer. Y no es el único caso: hace unos meses, un peatón agredió al conductor de un patinete eléctrico en Ciudad Jardín.
Algunos ciudadanos aseguran que los patinetes son peligrosos, por el desconocimiento de la normativa y por la velocidad que alcanzan. La normativa establece que no pueden superar en ningún caso los 30 kilómetros.
“Hace con una semana me choqué de frente con una bicicleta. Yo me partí la ceja y me pusieron cuatro puntos. Ella se dañó el dedo y le pusieron cinco puntos. Aunque todos los medios de comunicación son peligrosos, hay que ser responsable y prudente”, narra Penélope.
Muchos cuestionan la seguridad de estos vehículos. “La desventaja es que peligra tu vida. Tienes que tener cuidado con los viandantes y también con las bicicletas. Hace una hora me crucé con una y casi me atropella”, lamenta Penélope.
En este sentido, solo un 17 por ciento ha sufrido algún tipo de accidente, prácticamente en todas las ocasiones por algún despiste con los peatones.
Sobre la protección que usan los usuarios, la investigación destaca hay un 65 por ciento que no usa protecciones ante posibles caídas. Frente a solo un 30 por ciento que recurre al casco. El casco, además de por su obligatoriedad, debería usarse como medida preventiva ante posibles lesiones cerebrales.
Por el contrario, señala un profundo desconocimiento de la normativa, pues 4 de cada 10 usuarios piensa que es lícito ir por cualquier sitio; y 2 de cada 10 considera que sólo por la acera. En este sentido, el 80 por ciento de los encuestados señala que no se necesita ningún tipo de formación previa. Y de hecho, un 59 por ciento no ve necesaria una formación concreta.
Según diversas empresas del sector, las ventas aumentaron un 20 por ciento. Asimismo, el Centro de Gestión de Tránsito de Valencia, subraya que 1 de cada 5 vehículos que circulan por la las áreas comerciales de la ciudad son bicicletas y patinetes.
Lo que sí está claro es que han llegado para quedarse. No solo patinetes, también hoverboards, segway, hoverboards, solowheel... Aún no existen datos oficiales concretos pero la Asociación de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal (AUVMP) arroja datos clave para conocer su impacto real. Según éste estudio, las ciudades españolas más de 20.000 vehículos de movilidad personal, de los cuales aproximadamente 5.000 solo en Madrid.