La polémica surgió cuando el Ayuntamiento de Palma hizo pública la entrega en adopción de los tres perros policía de la extinta Unidad Canina. El cuartel tomó la decisión de suprimir la unidad por motivos de operatividad y necesidad de recursos y los animales fueron trasladados a Son Reus.
La decisión generó fuertes críticas por parte de usuarios en redes sociales (tanto de Mallorca, como de otras partes del país y de Esuropa), así como desde asociaciones animalistas y partidos políticos.
Ante ello, Cort rectificó y decidió mantener a dos de ellos como bienes municipales en las instalacionces de la Montada en Bellver y al tercero, devolverlo a la mujer que lo había donado a la unidad en 2012. Cabe recordar que los dos que permanecen bajo titularidad pública sufren leishmaniosis y son de avanzada edad.
Por ello, diversas asociaciones policiales especializadas consideran que ambos canes deberían ser entregados a familias con conocimientos y habilidades en este tipo de animales.