Modas van y modas vienen, conceptos aparecen y desaparecen. Como casi siempre en este lado del mundo cualquier concepto, idea o negocio tarda en llegar. Es lógico, antes se apodera del mainstream en el continente americano, para luego conquistar a la vieja Europa.
Así hace su aparición en nuestro país y por ende en Mallorca, el denominado Black Friday una tradición que se originó en los años 60 en la ciudad de Filadelfia. Se refería a la visión provocada por la avalancha que invadía los comercios después de Acción de Gracias, una de las fiestas americanas con mayor tradición. La celebración, es el pistoletazo de salida para la navidad, y los americanos corren a las tiendas a comprar los obsequios para amigos y familia.
Desde el año 2005 más de 100 millones de estadounidenses responden al reclamo del Black Friday. Los datos dan escalofríos.
La cuestión que me ocupa hoy, es reflexionar si aquí, en nuestra ciudad tendrá la misma repercusión. No estoy segura de que así sea. De todos es conocido que al pequeño comercio no le va muy bien estos días, el ya denominado “veroño” ha ocasionado que los consumidores se retraigan en las compras de invierno y que más de dos esperen a las rebajas para comprar sus regalos o aquellas cosas que les hacen falta. Hoy en día, el comprador usa la cabeza a conciencia antes de adquirir productos. Se terminaron las compras compulsivas. Ahora se informa, consulta, pregunta y luego adquiere, incluso si se trata de un jersey, antes visita diferentes comercios para comparar precios.
Volvamos al tema. Como decía, una vez más se adopta un concepto americano para intentar incentivar las ventas, hasta ahí, bien. El problema radica en varios puntos, el primero, que estamos en Mallorca, aquí los consumidores reaccionan de diferente forma, un hecho que dudo que alguien se haya puesto a analizar de verdad. Dos, de nuevo se intenta la idea de abrir hasta la medianoche, cuando ya se ha intentado en numerosas ocasiones, convirtiéndose en un estrepitoso fracaso. Tres, cuál es la razón para que se sigan llevando a cabo acciones que a todas luces no funcionan. El Black Friday se convertirá en la novedad de este año, seguro que muchos saldrán a “pasear” pero casi puedo asegurar que no a comprar.
Evidentemente y como suelo decir, criticar es fácil, dar soluciones es más complicado, y antes de que se lo pregunte Usted, no, no tengo la clave del éxito para el pequeño y mediano comercio, aunque sí pienso que es necesaria una reflexión seria sobre el modelo de negocio, pues está claro que ya no funciona. Hay que cuestionarse que es lo que está ocurriendo y actuar en consecuencia. Aun así, espero que este Black Friday dé un respiro a los comercios y les ayude a aguantar hasta las rebajas. Pero insisto, dudo que sea la solución.