Los presupuestos del tándem Costa-Prohens están en el aire. Desde Madrid ordenan a los diputados de VOX Baleares que se contengan y no voten, de momento, a favor de los presupuestos del Govern. El error en la votación del PP aceptando las enmiendas de VOX a la Ley de Simplificación Administrativa lo ha alterado todo.
Ahora Prohens debe corregir esas enmiendas de VOX aceptadas por error con un Decreto Ley que vuelva a establecer la inedificabilidad en ANEI y recupere el catalán como requisito para el acceso a la función pública. El calendario avanza en contra de los intereses del Govern, que ya consiguieron que los de Abascal votaran a favor del techo de gasto.
Hacer saltar definitivamente por los aires el acuerdo de gobernabilidad con el PP resquebrajaría aún más a la formación que en Baleares intenta liderar Patricia de las Heras. Con diputados díscolos, bajas, sin la menor autonomía política y con un Jorge Campos ávido de contaminar todo lo que pueda, los de VOX están en una posición débil para chantajear al Govern. Prohens salvó a Le Senne con su abstención, pero si hay un desplante injustificado es probable que no sea el único de VOX en caer.
En el peor de los casos, Prohens tiene dos cartas: prorrogar los anteriores presupuestos que ya se configuraron con este fin o adelantar unos comicios que a día de hoy podrían dejar a VOX como a PODEMOS: con un diputado residual o sin representación, dada su división interna, su arraigo inexistente en las islas, su dependencia de Madrid y su trilerismo parlamentario infantiloide.
VOX tiene dos opciones: demostrar que tiene capacidad de influir en la configuración de los presupuestos y que sus diputados sirven para construir un proyecto alternativo a la izquierda de Armengol o votar con ella y sus secuaces.