Antes de ayer, me llamó un policía muy agradable por teléfono para indicarme que llevaban días intentando hablar conmigo y que no me localizaban, ya que fue a mi casa y le dieron mi número, pensando que algo grave habría ocurrido.
Cuál fue mi sorpresa, cuando me indicó que me había tocado estar en la mesa electoral el próximo domingo 26 de mayo.
Lo primero que pensé fue. “Vaya Rollo”, a las 8h de la mañana, realmente me apetecía muy poco pasarme el domingo realizando esta función, pero enseguida pensé que realmente es parte de nuestras obligaciones, e incluso de nuestros derechos.
Si estamos reivindicando continuamente sobre la situación del país, sobre la función de nuestros políticos e imaginando lo que haríamos nosotros, si dependiera de ello nuestro futuro electoral, ¿cuál es la razón por la que nos enfadamos cuando nos llaman a colaborar en las mesas?
Muchas personas dicen que esta función, tal vez la podrían realizar los parados, o personas que quieran realizarla, pero después todos nos llenamos a boca de lo que nosotros haríamos si estuviéramos en su piel.
Desde mi punto de vista es un derecho y una obligación, ambas cosas, ya que tenemos derecho a ver como se realiza ese trabajo, esa votación y a participar de forma activa en la misma y una obligación para con nuestro país y para la mejora del mismo.
Además, nadie nos está pidiendo que lo hagamos a cambio de nada, sino que ayudan con un poco de dinero y 5 horas libres en la jornada laboral del día siguiente, en el caso de ser empleado, aunque en mi caso no sea así, me parece igual de bien.
Yo soy la primera que, en las tertulias dominicales con mi familia, cotilleo sobre la situación política y sobre cómo me gustaría que fueran las cosas que no son y después me fastidia tener que hacer un pequeño esfuerzo por los demás y por mí misma. Así de irónica es la raza humana.
Es verdad que me tocará madrugar y que cuando tenga que levantarme me dará una pereza terrible hacerlo, pero estoy convencida de que hacer que el pueblo colabore, siempre es positivo.
El policía que me lo notificó, muy educado y amablemente, me contó que había mucha gente que se enfadaba con las notificaciones y que se hacían los locos para no ir y me apostaría cualquier cosa que, esos mismos son los que se quejan después de la situación del país y de los malos políticos que tenemos.
Pues, queridos amigos, no seamos cínicos ni hipócritas y colaboremos con nuestro país y nuestra sociedad, ya que hoy por hoy, todavía tenemos derechos de los que podemos hacer uso, o ¿acaso desconocen que en muchos países ese derecho no existe?
Con todo lo malo que hay, no debemos olvidar que cualquier tiempo pasado NO fue mejor, ni que antaño tuvimos muchos menos derecho. Todavía está en mi memoria cuando mi mamá no podía ir al banco a sacar dinero sin la autorización de mi padre, ni otros muchísimos derechos que hemos ido adquiriendo en nuestra joven democracia que solo tiene 42 primaveras.
Lo que ocurre es que en este país hemos perdido la memoria histórica y entre reivindicaciones absurdas, se nos ha olvidado como era el mundo hace muy poco tiempo atrás.
Por ello el domingo 26 de mayo, iré contenta a la mesa electoral y disfrutaré de este domingo para poner mi granito de arena para poder continuar con los derechos que tanto nos han costado conseguir.