Así, se investiga si los hermanos, directivos de Nueva Rumasa, cometieron un delito societario y aparentaron tener "una solvencia en realidad inexistente" para que los propietarios de los hoteles Beverly Playa y Beverly Park vendieran "por precio, en gran parte aplazado, su participación en las sociedades propietarias de los dos hoteles".
En el escrito de acusación, se concluye que los acusados, que formalizaron la compraventa en diciembre de 2008, "jamás tuvieron intención de pagar el precio" y que tras obtener la participación de los hoteles, los hipotecaron e "hicieron desaparecer los fondos obtenidos" sin pagar los 11,69 millones de euros que se habían convenido.
Los investigados --José María, Zoilo, Javier, Alfonso, Pablo y Álvaro Ruíz-Mateos-- están acusados como autores materiales de estafa agravada y falsedad en el documento mercantil e insolvencia punible y la Fiscalía solicita para cada uno de ellos una pena de siete años de cárcel.