Vendedores ambulantes: el supermercado sumergido

Los comerciantes de Palma están indignados por la proliferación de vendedores ambulantes, principalmente en el Casco Antiguo y en la Platja de Palma. Han elevado numerosas protestas a Cort, que actúa en la medida de las posibilidades de sus agentes con la incautación de productos, a menudo falsificados.

Pero el mal, lejos de reducirse, se extiende. Los ambulantes actúan como un regimiento organizado y disciplinado. No se sabe cómo, pero a una señal se esfuman de sus puestos de venta cuando atisban algún agente y reaparecen cuando el peligro se desvanece. Funcionan como una empresa dedicada a la economía sumergida.

Además, es un misterio como consiguen sus productos y donde los almacenan. Lo seguro es que situándose en los lugares más céntricos, ofrenciendo precios asequibles por marcas falsificadas y haciendo un gran daño al comercio legal, consiguen mover grandes cantidades de dinero. Pero se ignora cómo lo canalizan o si existe un consejo de administración en la sombra que es quien mueve el capital, decide las estrategias y controla este mercado sumergido. Todas las sospechas se dirigen hacia este punto, porque los ambulantes no compiten entre ellos y parecen estar a las órdenes de sus jefes.

Es aquí donde se echa en falta una planificación mucho mayor por parte de Cort y de las fuerzas de seguridad para saber como funciona esta gran superficie ilegal y poder ir hasta sus cabecillas para desmantelarlos. Incautar productos de vez en cuando en la calle, con ser plausible, es sólo una cataplasma. Si no se detectan e intervienen los almacenes donde se esconden las marcas falsificadas, nose llegará al fondo del problema.

La venta ambulante no es ninguna cuestión superficial, es la articulación de una estructura generadora de dinero opaco delante de las mismas narices de las instituciones y que hace un daño terrible a los comerciantes palmesanos. Es imprescindible una actuación más profesional, más técnica y más amplia de las fuerzas de seguridad. Cort se ha de responsabilizar de esta lucha contra los sumergidos, que es una clamorosa demanda de los comerciantes legales palmesanos.

El peor daño que puede hacerse a una sociedad democrática en no luchar lo suficiente contra los que no respetan la normativa vigente.