Quiero expresar mi más sentido agradecimiento a Miguel y Tomeu, encargados del bar SAMI de Montuiri, Mallorca, a quienes debo la recuperación de mi documentación extraviada en su establecimiento la noche anterior.
Camino de Campos a Sencelles por el Pla de Mallorca, un territorio poco conocido por turistas de sol y playa pero que alberga gente de extraordinarios valores e inmensa sensibilidad. Después de una agotadora jornada de calor sofocante me detuve allí a tomar un refresco, un pequeño lujo y tiempo de relax para un cuerpo cansado que se lo creía merecer. Ojeaba distraídamente el periódico local hasta que acabé mi bebida, me despedí y me fuí. No fue hasta que llegué a casa cuando me di cuenta de donde había dejado mi cartera con toda la documentación personal. Pasé la noche en vela maldiciendo mi suerte aunque en realidad la culpa del descuido fue sólo mía
A las 6 de la mañana volví al bar sorprendido de encontrarme a los mismos que atendían la noche anterior. ¿Es que ustedes no duermen? Les pregunté después; se rieron. Me devolvieron la cartera sin siquiera abrirla porque sabían que alguien vendría a buscarla. Quedé gratamente sorprendido.
La honestidad, la vocación de servicio o la ayuda al prójimo son valores que parecen perdidos hoy en día. Definitivamente no es verdad; en personas como Miguel y Tomeu se resume la bondad de la gente que no vemos a diario en las noticias, pero sí es a destacar. Gracias de nuevo y a tomar ejemplo.