España y Baleares está inmersa en un invierno demográfico sin precedentes. Ya hay más personas mayores que jóvenes, y la natalidad no sólo ha caído a niveles dramáticos, sino que se está agravando aún más con la explosión del número de abortos. Por otra parte, mientras cada vez hay menos matrimonios, la ruptura familiar se ha convertido en uno de los principales problemas . A ello se suma la deficitaria conciliación entre la vida laboral y la vida familiar, que sigue sin resolverse. En definitiva nuestra sociedad es en la actualidad una sociedad envejecida, sin niños, con hogares solitarios, con cada vez menos familias y cada vez más rotas e insatisfechas
Pero, además, el abandono de la familia por parte de las administraciones ha sido evidente. España es el país de la UE27 que menos ayuda a la familia. Pero, lo que es más grave, es que no solamente se ha producido un abandono legislativo para con la familia,
sino que se han aprobado leyes que han supuesto un retroceso significativo en los derechos de la familia y el derecho a la vida.
Por ello, la sociedad, y de modo particular los poderes públicos, tienen no sólo la obligación de reconocer su importancia y el papel destacado que desempeña en la sociedad, sino, también, el deber de protegerla con medidas y ayudas de carácter político, económico, cultural, social o jurídico. De esta manera, se contribuye a consolidar la unidad y la estabilidad de las familias para que puedan desempeñar todas sus responsabilidades y cumplir su función específica.
Para que este cambio se produzca, las políticas familiares deben articularse sobre cuatro ejes:reconocer los derechos de la familia como base de la política familiar; impulsar los derechos de la familia y eliminar los obstáculos que impiden ejercerlos; En particular, en la actualidad es necesario centrarse en algunos derechos, no sólo promocionándolos, sino también eliminando los obstáculos que impiden ejercerlos realmente: el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones; el derecho de los padres a tener el número de hijos que responsablemente deseen; el derecho de las familias y de los hijos a la estabilidad conyugal; y el derecho a la conciliación de la vida laboral y familiar. En definitiva promover el desarrollo de políticas públicas con perspectiva de familia implantando una verdadera y eficaz política integral de apoyo a la familia.
La familia no puede seguir abandonada, es necesario un plan de choque de apoyo a la familia, ya que ya no valen medidas aisladas.La familia es el camino del futuro y éste pasa irremediablemente por ella.