La posibilidad de que las playas de Palma queden este verano sin servicios de limpieza ni hamacas ni sombrillas es cada vez más real. Las cuatro empresas concesionarias de las playas urbanas de Playa de Palma, Ciudad Jardín, Can Pere Antoni, Cala Estancia y Cala Major han lanzado un ultimátum al Ayuntamiento de la capital para que les compense ante el cierre de actividades sufrido durante el estado de alarma y la falta de turistas. De no alcanzar un acuerdo en los próximos días, los servicios se suspenderán o no se instalarán, como ya ha ocurrido al paralizarse la colocación de las sombrillas que se había iniciado en Ciudad Jardín.
Los empresarios reclaman un "reequilibrio económico" que se concreta en la exoneración de los cánones municipales, prórrogas automáticas y compensación por los servicios ya prestados -como es el de limpieza- y que incrementan las pérdidas acumuladas durante un verano sin apenas ingresos. Cort ha escuchado las reivindicaciones y ha dado a entender que comprende sus planteamientos, pero no concreta una respuesta a los concesionarios.
Juega en contra de los empresarios el hecho de que en Baleares no existe una asociación que les represente, de forma que han de negociar por separado con cada ayuntamiento. Así, mientras en otros municipios este problema ya se ha resuelto, en Palma la situación sigue en el aire.
Urge que se arbitre una salida. Por aclarar las reglas del juego con que tienen que actuar los concesionarios, víctimas de una situación sobrevenida para la que no existían planes de contingencia, y por asegurar unos servicios -sobre todo el de limpieza- que no pueden quedar en suspenso.
Cada año, las playas de Palma son frecuentadas por miles de turistas, pero también por multitud de residentes, convirtiéndose en un escaparate de la oferta turística y de ocio que tiene la capital y, por extensión, Baleares. Los episodios de vertidos fecales del verano pasado, con cierres de playas cada dos por tres, no deben verse agravados con la suspensión, ahora, de estos servicios. La imagen de toda la comunidad, indiscutible líder en este tipo de oferta turística, está en cuestión y el Ayuntamiento de Palma debe resolver la situación con celeridad.