Una rosa y un libro

Mis queridos Lectores:

Tras una Semana Santa lluviosa en nuestra maravillosa isla y mucho tiempo para leer y descansar, un año más ha llegado San Jordi y el día del libro y sus rosas.

Para los que tenemos como hobby la escritura, este es un día que siempre nos gusta celebrar, ya que con todas las horas que destinamos a nuestra pasión, siempre viene bien que alguien se acuerde del valor que tiene la profesión de escritor.

Desde la Edad Media encontramos referencias a San Jorge como el patrón de los Caballeros, pero no será hasta el 1667, cuando el Papa Clemente IX, instaura el 23 de abril, como el día de dicho Santo.

Y desde el Siglo XV, comienzan a relacionarse historias sobre San Jordi y las Ferias de Rosas, donde se otorgaban a las Señoras unas rosas, por lo que se fue relacionando ambos conceptos.

De cualquier forma, este año además de Rosas, el buen Santo, nos ha traído buen tiempo para poder disfrutar de los puestos de nuestras librerías preferidas de la ciudad, en las calles.

A veces pareciera que los libros poco a poco van desapareciendo, pero en estos días nos damos cuenta que es complicado que así sea, ya que a muchos de nosotros nos gusta disfrutar de las historias que en ellos nos cuentan y de las posibilidades que nos ofrecen para poder seguir creando en nuestra imaginación, una realidad paralela a la que vemos cada día, lo cual nos ofrece un poco de respiro a los soñadores.

Entre las mágicas hojas de los libros, podemos perdernos en historias ficticias que en ocasiones superan la realidad y nos llevan a recónditos lugares donde disfrutar de una ficción que nos hace imaginar que, cualquier tiempo pasado fue mejor.

Gracias a los libros y la escritura, podemos trasladarnos a mágicas noches de verano en el oriente, a fríos inviernos en Canadá o a cálidas noches en el Caribe e imaginar que otra vida es posible y que, de alguna manera, no debemos perder la fe en lo que puede llegar a ocurrir en nuestro presente.

Los libros, queridos lectores, tienen la capacidad de devolvernos esa magia que con los años los adultos vamos perdiendo y transportarnos a mundo irreales que nos hacen volver a recobrar la esperanza de un mundo mejor.

De una forma u otra San Jordi y las Rosas de este 23 de abril, siempre traen a nuestras calles una veta de alegría, primavera y felicidad, que hace que nos sintamos nuevamente como niños que comienzan a disfrutar de la vida.

Por lo menos para mi así es cada año y por ello agradezco enormemente que siga siendo así, un día especial del que poder disfrutar de la sensación de paz y transcendencia que da el dedicarse a este hobby.

A tod@s mis compañeros escritores les felicito por hacer realidad que los sueños sigan pudiendo hacerse realidad.

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