El mensaje de Navidad de Su Majestad el Rey Felipe VI vuelve a dejar titulares a favor de la unidad de España y en contra del proceso independentista emprendido desde Catalunya, pese a que vaya perdiendo impulso político y apoyo ciudadano. No cabría esperar otra cosa por parte del Jefe del Estado, cuya persona representa la unidad de España. Exigir, como algunos hacen, neutralidad al Rey Felipe en algo como la pretensión de algunos de romper la unidad territorial del país, resulta un tanto pueril y por lo demás, estéril, porque no es la primera vez que don Felipe aboga por la unidad de España, desde el respeto a la diversidad.
Por lo demás, el mensaje del Rey sonó contundente, optimista y firme en las convicciones que se esperan del monarca. Aludió a la unidad de España, en alusión al proceso independentista y desde Més per Mallorca le acusaron de estar alejado de la realidad.
Los nacionalistas critican al Rey y los partidos constitucionalistas le alaban. Y en esto se repiten las reacciones de otros años al discurso de Navidad del monarca. Pero don Felipe demuestra ser un excelente comunicador, que conecta con los ciudadanos y que vela por los valores que la monarquía parlamentaria encarna en nuestro país por mandato constitucional.