GERMÁN LEÓN

Un nuevo orden en Sant Antoni

Desde Valencia, como un Galileo de la fe pública, sigo observando con un anteojo sideral las estrellas que colman el cielo de Sant Antoni, en donde como un microcosmos hay estrellas ?jas y planetas movibles. Las últimas elecciones locales han evidenciado el deseo de mutabilidad del pueblo de Portmany, que anhela cambios, los cuales son una utopía posible y concreta si se apuesta por descubrir las órbitas de los nuevos planetas, o una quimera si nos quedamos anclados en la nebulosidad de la permanencia.

Pepe Sala, es una gran abogado y mejor persona, que ha sacri?cado mucho por volver a liderar una candidatura electoral después de haber sido apartado hace cuatro años por los entresijos de la política y la injusticia. Pero, ¿es éste su momento político?. Pienso que su 'kairós' u oportunidad ya pasó, si bien puede volver a presentarse en forma de fortuna en el futuro si obra con prudencia, no en el presente. Lo mejor que le puede pasar a Sala en estos momentos es no ser elegido alcalde, si el azar de la praxis política le lleva a formar gobierno será un desgobierno sobre una algo ingobernable.

La llave del próximo gobierno municipal la tienen dos formaciones, Reinicia y El-PI. De los primeros nada o poco sé, y no puedo opinar para bien o para mal, su acercamiento a Podemos genera a la vez esperanza para unos más creíble que para otros, y temor a lo desconocido. Del PI puedo decir mucho, y casi todo positivo, empezando por la categoría humana de muchos de sus miembros como Juanjo Ferrer, Joan Torres o Pepe Serra.

El resumen del programa de El-PI es un mensaje claro a la ciudadanía: “cumplir a rajatabla las ordenanzas municipales”. ¿Sería esto posible con un gobierno del PP? Entiendo que no, pues si en 35 años la ley se ha ejecutado parcialmente y se ha aplicado arbitrariamente sin tener en consideración el principio isonómico de equivalencia, o sea, el derecho de “ego” a ser tratado igual que el otro, que constituye la base de la justicia conmutativa, ahora la única variable introducida es que sería un gobierno en minoría, y no me parece su?ciente. Además, es sorprendente, cómo para satisfacer la cuota electoral de Sant Rafel, es colocado en lista el principal responsable de la catastró?ca política de gobernación del equipo de Gutiérrez, a quien yo cali?qué antaño de “concejal pasmado” por su ine?cacia, inoperancia, incompetencia y pusilanimidad.

El PSOE ha presentado a un hombre del pueblo, Pepe Cires, que se ha introducido en política porque es consciente de la necesidad de renovación en Sant Antoni, con el propósito claro de servir al municipio y no servirse él mismo, y a quien avala una extraordinaria gestión al frente del Náutico, un hombre dialogante, parsimonioso y hasta el momento e?caz. Tal vez sea su oportunidad, y efectivamente se produzca una mejora de las condiciones de vida de una población que merece la excelencia.

Es menester un nuevo orden y la nueva política ha de ir orientada a lograr la convivencia pací?ca de residentes y turistas, pero no a costa de los habitantes de la ciudad a expensas del lucro de una minoría con gran poder fáctico, ante el 'laissez faire' de los dirigentes; la paz conlleva que las normas se ejecuten, que todos sean tratados por igual ante el poder público, que los expedientes disciplinarios se lleven a cabo y no queden archivados en cajones, que el pueblo esté limpio y cuidado en la medida de lo posible, que los ruidos se controlen, que el delito sea reducido a lo testimonial, en pocas palabras, un orden nuevo es un orden justo y un orden justo es un orden legal, e?caz y estable. Sólo pedimos a los gobernantes algo tan fácil y tan difícil como que el Derecho se cumpla.

Germán León, notario.

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