El gobierno de estrellas ha materializado sus dos primera bajas antes de los primeros 100 días. Maxi Huertas y Carmen Montón se vieron obligados a dejar sus carteras ministeriales nada más empezar. Por razones obvias, el fraude no es compatible con el desempeño de una cartera ministerial. En especial, cuando las tecnologías de la información permiten recuperar, dar visibilidad y difundir errores cometidos hace años que no se pueden esconder ni disimular.
Que se lo pregunten al astronauta. Quien le iba a decir a Pedro Duque que uno tiene más riesgo de estrellarse compartiendo proyecto con Sánchez, el presidente, que navegando por el espacio. Como podía pensar Dolores Delgado que las amigables convocatorias gastronómicas de Garzón le podrían resultar tan caras. Era inimaginable quedarse embarrada en el lodo de una forma tan absurda. Era inconcebible que las cloacas del Estado, donde se movían con comodidad, le pudieran arrastrar con esta voracidad. Que los españoles hayan podido conocer de primera mano sus contradictorias, anacrónicas y despreciables posicionamientos.
Mientras un ministro se ha quedado por los aires, ingrávido, sin rumbo ni control, una ministra está siendo engullida por el barro, el presidente Sánchez, inmutable, continua su gira americana. Al otro lado del Atlántico, alternando titulares de prensa en plena competición con el inefable expresidente Rodríguez. Si, Rodríguez Zapatero, del que se ha tenido que desmarcar públicamente, mientras su ejecutivo se desangra ante unos ciudadanos ojipláticos.
Es innegable la corresponsabilidad del presidente en la elección de sus ministros. Sin embargo, lo que no tiene perdón, es dejar la coordinación, el rumbo y la imagen del ejecutivo, en su ausencia, en manos de la ministra Calvo. Como diría el añorado Chiquito de la Calzada, una decisión de este calado tiene más peligro que hacer puénting en una pirámide.
Un ministro por los aires, una ministra en el barro, el presidente en América, la vicepresidenta preocupada por la libertad de expresión.
Cuan solvente tiene que ser un país para sobrevivir a tanto desmán. Buen finde.