Por enésima vez Laura Camargo, portavoz de Podemos en el Parlament, rehusó ayer la posibilidad de entrar a formar parte del Govern de les Illes Balears, pese a los brillantes resultados electorales cosechados por su formación en las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, que aúpan a su formación como segunda fuerza política, desbancando al PSIB de Francina Armengol en todas y cada una de las islas del archipiélago.
Pese a que desde la formación de los círculos se había planteado la necesidad de renegociar los acuerdos de gobernabilidad con PSIB y Més, los de Pablo Iglesias en Balears se niegan a asumir su responsabilidad gestionando áreas concretas del Govern y continúan pretendiendo dirigir la acción del Ejecutivo desde fuera, sin cargar con la responsabilidad de la toma de decisiones y con el desgaste que inevitablemente ello conlleva.
Camargo criticó ayer al Govern, el mismo día que la presidenta Armengol y el vicepresidente Barceló cuantificaban numéricamente el porcentaje de cumplimiento de los "acuerdos del cambio"
En un ejercicio perfecto de estar en misa y repicando las campanas, Camargo criticó ayer al Govern, el mismo día que la presidenta Armengol y el vicepresidente Barceló cuantificaban numéricamente el porcentaje de cumplimiento de los "acuerdos del cambio", la hoja de ruta del Ejecutivo para esta legislatura.
Podemos no renuncia a espolear al Govern que colaboró a investir, exigiéndole que "acelere el cambio" pero sin querer contribuir en la acción de gobierno desde la mesa del Consell de Govern, dejando claro que en esta posición se encuentran muy a gusto y sin ninguna intención de cambiarla.
Cuesta entender esta postura de Podemos y aún más que Camargo intérprete que "la gente pide que el cambio se acelere", negándose a una interpretación más profunda y rigurosa del último resultado electoral, que en buena lógica debiera llevar a Podemos a dar un paso adelante, asumir su responsabilidad, su papel de fuerza de izquierdas mayoritaria y protagonizar esa aceleración del cambio con sus propias acciones y no con exigencias a otras fuerzas políticas que ya no disimulan la incomodidad ante esta embarazosa situación.
