Los principios de altruismo y solidaridad para la utilización de células y tejidos para el trasplante habían quedado desprotegidos. La sentencia del Tribunal Supremo de 30 de Mayo anulando, en su integridad, la reglamentación aprobada en el año 2006, no garantizaba la seguridad y calidad de las muestras y entre otras, dejaba sin cobertura, el anonimato entre donante y receptor. La transposición de las directivas de la unión quedaba literalmente abolida. Sin ellas, los riesgos de trasmisión de enfermedades infecciosas y el buen fin de las mejores muestras para el trasplante, en entredicho.
Estas situaciones no son infrecuentes. La legítima, pero no deseable, defensa de intereses particulares sobre los intereses generales aprovechando resquicios legales, puede dar al traste con el interés de la mayoría. En este caso, las diferencias irreconciliables surgieron con la lucrativa gestión de la sangre de cordón.
El Parlamento Nacional, en un ejercicio inhabitual, de forma ágil y por unanimidad, ha votado a favor del procedimiento extraordinario que recupera las normas de calidad y seguridad de las donaciones de células y tejidos. El Real Decreto Ley de urgencia ha pasado, en una semana, en plena canícula del mes de julio, del Consejo de Ministros, a su aprobación por la cámara baja. Ha recibido el apoyo de todos los parlamentarios.
Mucho habrán tenido que ver el Dr. Rafael Matesanz, Director de la Organización Nacional Trasplantes y Rubén Moreno, Presidente de la Comisión de Sanidad del Congreso. Dos profesionales.
Por lo demás, por lo raro, raro, raro …, es lo que más se parece a las alucinaciones por un golpe de calor. Literalmente…, un espejismo. Con gestos así, a lo mejor hasta se recupera la confianza en quienes dicen nos representan.
