Gracias a una denuncia del Partido Popular se ha sabido que algunos altos cargos nombrados por el Govern de Francina Armengol, concretamente y que se sepa, los gerentes de dos empresas públicas, han estado percibiendo en sus nóminas de forma irregular un 1% más de lo que les correspondería. En efecto, estos altos cargos vieron sus retribuciones incrementadas en el mismo porcentaje que el resto de trabajadores públicos, cuando los altos cargos tienen el sueldo congelado y por tanto, no debían haber cobrado esas cantidades. La consellera Catalina Cladera anunció ayer que se trata de un error en la gestión de la nómina y que, por tanto, los afectados deberán retornar los cobros indebidamente percibidos. Sin embargo, esta explicación suena un tanto hueca y requiere alguna aclaración más detallada.
Durante la legislatura pasada el Govern de José Ramón Bauzá aprobó incrementar las retribuciones de determinados miembros del gabinete del president, con el correspondiente escándalo político. Los tribunales tumbaron esas subidas de sueldo en dos ocasiones y los partidos que actualmente forman el Govern fustigaron con dureza y muy justificadamente al Ejecutivo por aquella decisión.
Es cierto que ambos casos no guardan más similitud que el hecho de que parece haber habido un cobro indebido de emolumentos por parte de altos cargos, pero este es un error en el que no debió haberse caído y que solo se subsana cuando lo denuncia la oposición y no porque hayan funcionado los controles de la Administración para evitar que nadie acabe llevándose más dinero del que le corresponde. Que la consellera de Hacienda de Armengol se vea en la tesitura de tener que anunciar que todo se debe a un lamentable error, es bastante sonrojante.
