Hace un año y medio que las Penyes del Mallorca se manifestaron pidiendo la dimisión de la directiva del Mallorca en pleno. A la sazón Utz Claassen manifestó que los dos mil manifestantes sólo representaban al 0’2 por ciento de la población. Por respeto a muchos de los asistentes a la gala del domingo pasado en el Teatro Principal me abstendré de calcular el porcentaje de representación que ostentaron, sin obviar que la presidenta de la Federació exigió la salida de los consejeros del club con la misma pasión que ahora defiende lo contrario.
Si alguien con sentido común y mallorquinista de verdad aún cree que el acto no fue supervisado más que para garantizar el objetivo propagandístico del alemán, que se pregunte por que se pasaron por alto los ascensos de Logroño y en Palma contra el Espanyol o la final de Copa de 1991, en los tres casos un insulto a Miguel Contestí presente en primera fila de platea. O la causa por la que se evitó una mención a Gregorio Manzano, entrenador que condujo al equipo al título de Copa del Rey del 2003. La lista de agraviados se hace extensiva al compañero Javier Oleaga, vetado porque a Maheta Molango no le gustó la entrevista que el colega le hizo en su medio, Radio Bellver/Es Radio. Creo que a eso se le llama sectarismo. Hubo por tanto olvidos intencionados e invitaciones forzadas, algunas de ellas limitadas a un correo electrónico enviado desde la secretaría del club.
Nadie, por el contrario, llamó a Barrera después de pasearle por todos los medios. Por alguna razón el argentino abandonó Palma el viernes, aunque no faltaron informaciones que lo situaron en la gala por llamarla de alguna manera. Soy consciente de que me dirán que ejerzo de aguafiestas. Pero no. Sólo pacto con la verdad, me niego a ser manejado y a que manipulen a los demás. No comulgo con la imagen de Miguel Angel Nadal junto a Olaizola con la Copa en cuya entrega,de manos de D. Juan Carlos de Borbón, llamó a su lado a Chichi Soler, que había entregado el brazalete de capitán tres meses antes, en detrimento del vasco. Por no hablar de su decisión de remitirle al Mallorca B en beneficio de su amigo Ferrer. Y todo, todo, con la complicidad de la Comisión presidida por Toni Tugores, sin la cual se hubieran evitado no pocas afrentas.