A pesar de que el “procés” y el 155 está copando la mayoría de las noticias aún queda un pequeño, oscuro y caliente rincón para las noticias LGTBI por más que le pese a un lector de esta columna que cree que no sé hablar de otro tema que no sea de mariconadas varias. Le digo a este lector que si no le gusta tiene muchísimas otras columnas para cultivar su privilegiada mente. Unas hablan de política, otras de familia, otras de banderas, de deportes y otras de independencia o de lo que se tercie. Lo bonito es poder escoger pero no intente usted decirme a mí ni a ningún otro columnista de lo que debemos escribir porque como puede imaginar le haremos caso omiso. De todas formas si en una semana en este digital se publican 28 columnas y hay sólo una de temática LGTBI ¿No cree usted que su queja está fuera de lugar? ¿O es que es simplemente LGTBIfobia pura y dura?
Y ayer empezó la nueva temporada de Operación Triunfo, una edición más gay que nunca. Esta edición cuenta con Ricky Merino, un concursante mallorquín bastante conocido en ambientes palmesanos y capitalinos ¿Será la nueva Chenoa? El momento más noventero de la noche lo protagonizó la ex musa gay Mónica Naranjo que a estas alturas del 2017 aún cree ella que los chicos sólo pueden despertar pasiones entre el género femenino y es que un comentario así lo haga Cuca García de Vinuesa es comprensible pero no que lo haga la misma que cantaba aquello de “...apriétame más fuerte.” Este primer programa fue un despropósito en toda regla y todo aquello apestaba a sedición porque fue imposible que los técnicos de sonido lo hicieran peor si no es porque estuviesen intentando boicotear la emisión.
Más triste ha sido leer esta semana que en Chechenia han torturado y asesinado al cantante Zelimkhan Bakaev por el simple hecho de ser gay. No nos olvidemos que esto ocurre en Europa, con el visto bueno del Kremlin y que nuestros gobernantes podrían hacer algo pero prefieren mirar hacia otro lado y es que no vaya a ser que estos hijos de Putin se nos enfaden y la lien parda. Siento pena y desazón cuando leo algo así y me doy cuenta de que el dinero acobarda a nuestros gobernantes que cuando más se les necesita ellos no están ni se les espera. ¡Cuanto asco!
Y en la OMS aún se escuchan las carcajadas tras la propuesta de su presidente de otorgar el título de embajador de buena voluntad de la Organización Mundial de la Salud al tirano Robert Mugabe cuyo bajo mandato en Zimbabwe el SIDA ha crecido a lo bestia y es que la represión a todo lo que huela a gay ha logrado que sea uno de los países con mayor mortalidad por infecciones de transmisión sexual. Después de ver la reacción de Inglaterra, Francia o Canadá finalmente este título de embajador de buena voluntad ha durado casi menos que la independencia de Catalunya y es que en esto de meter la pata los catalanes no son los únicos especialistas.