Turismo sin oposición
domingo 26 de enero de 2014, 00:37h
Acaba la actividad de la delegación balear en FITUR, y lo hace dejando un panorama totalmente nítido y mostrando unas alianzas que no dejan lugar a <dudas.
Ha sido el año en que mayor y más frenética actividad ha tenido cualquier presidente de Govern. José Ramón Bauzá se ha batido el cobre sin descanso los 3 días de presencia en el stand de Balears en la feria turística más importante del país. Nunca como este año se han sucedido tantas reuniones, presentaciones, visitas de ida, visitas de vuelta, contactos institucionales con el sector y subsectores, y apretones de manos. Ha puesto mucho empeño Bauzá en ponerse del lado del principal motor económico y no se ha reservado aliento para que se notara. Seguro que esto dará resultados. Por otra parte, ojalá el president dedicara el mismo esfuerzo a estar al lado de otros problemas que tiene el archipiélago, y que andan desbocados sin que se vea al jefe del Ejecutivo intervenir tan directamente como lo ha hecho estos días en Madrid.
Pero lo que más me ha llamado la atención ha sido, como en muchas otras ocasiones, el catálogo de ausencias. No logro explicarme cómo ningún dirigente socialista o econacionalista se ha dejado ver por el territorio balear en FITUR. No se ha visto a los de aquí y tampoco a los de Madrid. Armengol y Barceló no necesitan invitación como no la necesitaban los "populares" en las épocas de pacto de izquierdas en el Consolat. El stand de Balears lo pagamos entre todos y se supone que a todos nos importa que el turismo vaya bien. Vamos, que no está de más ir a Madrid a echar una mano aunque sólo sea haciendo acto de presencia. Más aún cuando esta semana estaba fuera del periodo de sesiones en el Parlament.
Sinceramente, les he echado de menos. El Govern y los suyos han campado a sus anchas y creo que por cortesía no hubieran sido mal recibidas las visitas de los líderes de la oposición u otros representantes. A Antich, por ejemplo, con trabajo parlamentario en Madrid, tampoco se le ha visto el pelo.
Con todo esto, el stand de Balears de este año puede pasar a ser el mejor de la historia. Ni una crítica por el diseño, ni por la superficie, ni por el espacio, ni por la actividad, ni por los colores de los logotipos. No se puede criticar lo que no se ha ido a ver. Han perdido una oportunidad.