En el vídeo que acompaña esta noticia se puede ver cómo unos operarios retiraran un toldo de una terraza de la plaza del Olivar. Este tipo de toldos ya no están permitidos en Palma.
Aunque Cort otorgó un plazo de 18 meses para llevar a cabo los cambios a los establecimientos afectados, la nueva normativa ha levantado fuertes críticas entre los empresarios de bares, cafeterías y restaurantes de la ciudad, que se muestran críticos con el actual equipo de gobierno municipal integrado por PSOE, Podemos y Més y con la normativa aprobada que afecta a las terrazas.
Primero fue el decreto que obligó a las terrazas de sa Llotja a retirar todos sus elementos a las once de la noche, todos los días de la semana, algo que los restauradores recurrieron ante los tribunales. También la campaña de inspección a que fueron sometidas las terrazas hasta septiembre del año pasado y que concluyó con 1.217 establecimientos denunciados. Y ahora la supresión de los elementos fijos como toldos, paravientos o pies de sombrillas, lo que obligará a montar y desmontar cada día las terrazas para que la vía quede libre por la noche, lo cual no parece tener mucho sentido, según denuncian los empresarios afectados.
El Ajuntament dejó claro que la nueva normativa de ocupación de la vía pública persigue que las calles y plazas queden libres de elementos fijos, incluyendo elementos pesados como los pies de las sombrillas u otros que hasta ahora quedaban anclados al suelo; además de evitar ruidos y molestias a los vecinos. Sin embargo, los restauradores creen que la obligación de desmontar todos los elementos de las terrazas cada noche para volver a instalarlos por la mañana, causará mayores molestias y perjudicará su actividad, pues habrá que adelantar el horario de cierre para recoger todo el mobiliario y que la vía pública quede despejada durante la noche.
REACCIONES
Àngels Fermosselle, de la entidad defensora del patrimonio ARCA, defendió que la prohibición de los toldos fijos pretende evitar "el impacto paisajístico negativo" que provocan dichos elementos, cuya eliminación no significa la reducción del espacio de las terrazas ni tampoco "implica modificar sus ganacias". Con respecto a la obligatoriedad de retirada de todo el mobiliario, Fermosselle consideró que es lógico "porque la calle no es el almacén de nadie". A mayor abundamiento explicó que "nunca se debía haber permitido" porque "cuando paseamos tenemos derecho a disfrutar la ciudad" libre de elementos "que hacen feo".
Sin embargo, matizó que desde ARCA consideran que la normativa ha sido "extremadamente magnánima en su aplicación" y dejó claro que "no hemos estado nunca en contra de las terrazas". "Hemos de tender a proteger el valor patrimonial de la ciudad y el pasaje es el mejor negocio que podemos tener", explicó Fermoselle.
Por su parte, Miguel Obrador, de la Federació de Veïnats de sa Ciutat de Palma, explicó que la plataforma integrada por Pimeco, Afedeco, Caeb-Restauración de Mallorca y la propia Federació, consideró un error la nueva normativa municipal ya que ha primado el critero de ARCA y de otras entidades que no son conscientes de lo que el turismo representa para la ciudad. "Toda Europa tiene terrazas", expresó Obrador, y añadió: "No nos escuchan". "El Ajuntament confunde los términos y no busca el consenso. Estamos a favor del descanso de los vecinos pero también de los pequeños empresarios que tiran adelante un negocio y puestos de trabajo", sentenció el líder vecinal.