La auxiliar de enfemería contagiada por ébola, Teresa Romero, no recuerda haberse tocado la cara con un guante tras atender al misionero fallecido Manuel García Viejo y asegura que tanto ella como su marido, Javier Limón, avisaron "constantemente" de que podía haber contraído el virus.
Así lo ha asegurado este viernes la portavoz de la familia, Teresa Mesa, en una declaraciones hechas a las puertas del Hospital Carlos III. Ha detallado que Teresa "va recuperando la memoria" y está "recordando cosas", sobre todo personales.