Temor a una escisión en el PP balear

Hay un detalle importante en el que coinciden los dos sectores que pugnarán por hacerse con el control del PP balear tras la transición: no hay que forzar en exceso porque, por primera vez, se detecta una posibilidad real de que el partido se parta en dos.

Lo admiten en privado voces destacadas de ambos bandos. Las posturas, intenciones y estrategias son tan opuestas -además, el primer 'round' llegará pronto a la hora de elegir el cartel electoral del PP balear para las elecciones generales- que se presumen situaciones de fricción que pueden causar una escisión irreparable en el partido. "Este riesgo es real como no lo he percibido nunca", asegura una figura representativa que está del lado opuesto a los "críticos". Si se salva la cita sin heridas profundas, la gran crisis puede producirse en 2016 de cara Congresos extraordinarios del Pp como el balear y el de Palma.

Hace pocos días, en su cuenta personal de Twitter, el alcalde de Campos, Sebastià Sagreras -del sector crítico- admitía abiertamente que "el PP es ahora mismo irrelevante". Una forma de atacar tanto al pasado inmediato comoi al presente interino que encabeza Miquel Vidal.

En ambas trincheras no dejan de producirse movimientos y reuniones "conspirativas". Se tienen ganas mútuamente  pero se impone la prudencia y se pretenden evitar por ahora los movimientos excesivamente bruscos porque todo el partido es consciente de que con un bando perdedor y otro ganador "estaremos al borde de la escisión", apuntan otras fuentes.