Taxistas, así no
Por
José A. García Bustos
sábado 04 de febrero de 2017, 09:00h
Los taxistas han amenazado con colapsar Palma, una ciudad ya de por sí colapsada. El motivo de su enfado es el anuncio por parte del Govern de establecer unas líneas de autobuses que parten desde el aeropuerto de Son Sant Joan a varios destinos turísticos, algo que existe desde hace años en las principales capitales europeas.
El colectivo del taxi suele afrontar los cambios del entorno que no les son favorables, con huelgas.
Pero aunque el servicio que dan no haya evolucionado apenas, el entorno sí lo hace, y a pasos agigantados. La tecnología fomenta el cambio de usos y se hace necesaria la revisión continuada de los modelos de negocio. Hoy en día, existen aplicaciones móviles que conectan usuarios que hacen un mismo trayecto para compartir coche; otras que comparten el espacio disponible en un coche que de todas formas va a realizar el trayecto, con el fin de compartir gastos; otras que ofrecen su coche para llevarte donde quieras y otras que, antes de pedir un taxi, pone de acuerdo a usuarios para compartir los gastos del taxímetro. Además, los rent-a-car han inundado Mallorca y también suponen una competencia para los taxistas.
En Madrid, hace tiempo que están en pie de guerra, con demandas legales y quejas continuadas a estas nuevas formas de negocio: “Car2go, Uber, Bla Bla Car y Cabify nos están asfixiando”, señalan.
En Palma, por el anuncio de implantación de unas líneas de autobuses, que gozan del voto a favor de la opinión pública, vuelven las quejas y huelgas de los taxistas ¿alguien conoce un ciudadano sin relación con profesionales del taxi que esté en contra de poner autobuses en el aeropuerto? En cualquier caso, la mejora del transporte público, de una u otra manera, estaba presente en los programas electorales de los principales partidos políticos baleares para presentarse a las elecciones autonómicas de 2015.
Los taxistas deberían adaptarse a los cambios del mercado. Más que a la acción-protesta, deberían pasar a la acción-innovación. En la actualidad, están dando unas prestaciones diferentes a los autobuses, rent-a-cars o Uber. Deben potenciar esa diferenciación.
Los nuevos modelos de negocio están erosionando la facturación de los taxistas. O dan un mayor valor añadido por el mismo precio o, dando lo que dan, deberán bajar los precios para competir ante los cambios del entorno, autobuses incluidos.
Hablemos de precios. Las tarifas obligatorias de servicios interurbanos de transporte público discrecional de viajeros en vehículos de turismo, que así es como se llaman, vienen aprobadas por el Govern, al afectar a más de un municipio. Tras un primer análisis, me llevo una sorpresa: establecen precios máximos. No son precios únicos. Es decir, cada taxista tiene la potestad de poner una tarifa más baja sin pasarse de la marcada en la norma. Pero, en la realidad, todos van a máximos.
Los costes mensuales de un taxista, propietario de licencia, suelen rondar los 1.500 euros entre combustible, autónomo, amortización, seguro, gestoría, etc. Para 2017, el precio medio desde el aeropuerto de Palma a los diferentes destinos es, sin IVA, de 56,3 euros, oscilando entre los 30 euros a Ca's Català y los 90 euros a Cala Mesquida o Cala Rajada. Eso para la tarifa diurna. La nocturna es, aproximadamente, un 9% mayor.
En economía, el punto muerto indica el número de “carreras” que debe hacer un taxista en un periodo de tiempo, para cubrir gastos. Si suponemos que trabaja 5 días a la semana, cada día debe hacer 1,3 viajes para “empatar”. Pero, lo normal es que el taxista vea remuneradas las horas trabajadas. Si quiere tener una retribución por su trabajo de, por ejemplo, 1.500 euros mensuales, deberá hacer 2,6 viajes al día para cubrir costes, cifra que parece que supera con creces. Si solo trabaja lo 6 meses de mayor actividad, deberá concentrar toda su actividad en medio año y hacer 5,2 viajes al día, cifra que presumiblemente supera durante las 10 horas de trabajo diario que suelen hacer en pleno verano. Eso significa un viaje de media, cada dos horas. Lo que hagan de más, les reportará mayores beneficios.
Si optan por no modificar tarifas a la baja, deberían diferenciar su servicio y dirigirse a aquel público que desea realizar un trayecto cómodo hasta su destino. Deben ofrecer una oferta innovadora que sea agradable para los cinco sentidos del usuario. Eso atraerá un mayor número de usuarios cuya oferta del autobús no acaba de satisfacerle, bien porque no quiere esperar bajo el sol de verano a que llegue el vehículo, bien porque no quiere cargar con las maletas de aquí para allá o bien porque quiere que le dejen en la puerta de su hotel.
Parece ser que en la actualidad, la percepción del usuario indica que es mayor la diferencia de precio respecto a otros medios de transporte, que las ventajas que aportan los taxis respecto al resto. Por eso, o bien reducen las tarifas, o bien dan más ventajas para afrontar con más garantías el aumento de competencia.
El transporte en taxi debe convertirse en una experiencia agradable para los cinco sentidos. Se me ocurren algunas prestaciones mínimas que debe ofrecer, nada caras. Debe ser cómodo, oler bien, estar limpio, tener buen tacto, debe ofrecer wifi gratis, música agradable bajo demanda, tabletas con películas para todas las edades, incluidas las infantiles, debe acudir a la petición lo antes posible , debe informar, al inicio, sobre lo que va a costar el trayecto y sobre el tiempo estimado del viaje, así como de la temperatura y el estado de la mar en el lugar de destino, debe permitir el pago mediante tarjeta de crédito o a través del móvil, debe permitir conocer la experiencia del taxista tras el viaje, debe poder permitir dejar valoraciones en alguna plataforma. Atrás deben quedar los ruidos de la centralita en la radio, las quejas y exabruptos del taxista ante comportamientos de otros conductores o las conversaciones hacia el cliente, no deseadas.
Una huelga colapsando las carreteras sería un gran error porque dañaría la imagen del sector y, sobre todo, porque cabrearía aún más a los ciudadanos que, a la postre, son sus clientes potenciales. Si algo deben hacer los taxistas, además de innovar, es mejorar su imagen, ¿Por qué no crean el día del taxi con tarifas a mitad de precio o tarjetas de fidelización con descuentos por uso?
Los taxistas no solo viven de los turistas. En invierno, es al mercado residente a quien tienen que conquistar y, a buen seguro, con una huelga que colapse Mallorca, van a conseguir el efecto contrario. Máxime cuando el residente ve con buenos ojos esta medida del Govern.
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Últimos comentarios de los lectores (5)
176420 | toni mon - 03/03/2017 @ 17:53:15 (GMT+1)
El autor del articulo se describe por si solo absurdeces .....
175777 | Pere Martí - 06/02/2017 @ 01:47:25 (GMT+1)
El autor del artículo va de enterado y no se ha montado en un taxi en su vida!
175748 | JOSE LUIS PLA - 04/02/2017 @ 21:09:56 (GMT+1)
Magnifico articulo.los taxistas se quejan siempre, por defecto.
Siempre lloran. En vez de innovar o dar un valor añadido, solo saben quejarse. Siempre. De todo Son unos privilejiados. Son un sector donde no es posible invertir. Es coto cerrado.
175747 | Emilio navarro - 04/02/2017 @ 19:44:00 (GMT+1)
Debería informarse mejor antes de tocar un tema tan delicado
175746 | Emilio navarro - 04/02/2017 @ 19:43:59 (GMT+1)
Debería informarse mejor antes de tocar un tema tan delicado