Con 13 puntos sumados sobre los últimos 15 disputados, el Atlético Baleares es, ahora mismo, el conjunto más en forma del grupo II de la Primera RFEF. Gracias a esta espléndida racha, los blanquiazules, que llegaron a situarse a cinco puntos de la permanencia, han logrado abandonar las catacumbas de la clasificación y poner tierra de por medio respecto a las posiciones que implican la pérdida de la categoría.
Con dos puntos de margen sobre La Nucía (40 frente a 38), equipo que marca la frontera de la salvación, el optimismo se ha instalado en un vestuario que hasta no hace más de dos meses presagiaba un desenlace tenebroso para una temporada que empezó con mal pie y que, después, fue todavía a peor.
Como suele suceder siempre que los equipos se instalan en dinámicas negativas, el banquillo del ATB ha conocido varios inquilinos desde que arrancó el curso, el pasado verano. Comenzó la temporada Jordi Roger, que, tras fracasar por segunda vez consecutiva en su faceta de entrenador blanquiazul, recuperó su anterior ocupación como secretario técnico; le sucedió brevemente, de manera interina y por tan solo dos partidos, David Sierra, antes de entregar el testigo a Onésimo Sánchez.
No obstante, tampoco el exjugador de Real Valladolid y FC Barcelona logró enderezar el rumbo de la nave, y fue entonces cuando la dirección deportiva de la entidad, encabezada por Patrick Messow, optó por buscar la solución en el conjunto filial y confiar las riendas del primer equipo a José Antonio García Escudero, conocido en el mundillo futbolístico con el nombre de Tato, y, hasta ese momento, preparador del Santanyí.
MAL INICIO ANTES DE ALZAR EL VUELO
La etapa de Tato tampoco tuvo un buen inicio. Con el entrenador mallorquín en el banquillo, el ATB perdió sus dos primeros compromisos (Castellón y Amorebieta), para arrancar luego dos insuficentes empates frente a Numancia e Intercity. No fue hasta el quinto partido dirigido por Tato cuando el conjunto de la Vía de Cintura empezó a alzar el vuelo de la mano, también, del notable rendimiento de buena parte de sus fichajes invernales, entre los que descollan por derecho propio el lateral Marc Baró y los extremos Dani Nieto y Víctor Narro, todos ellos, por cierto, nacidos en la isla.
Esa jornada, los blanquiazules se impusieron, aunque con mucho sufrimiento, a Osasuna B en el Estadio Balear (3-2), sumando su primera victoria desde el mes de noviembre. El equippo repitió diana, nuevamente ante su público, frente al Athletic Club B (2-0) y, a la siguiente jornada, fue capaz de igualar dos goles en contra ante el Barça B (2-2).
PLENO DE VICTORIAS
En las dos últimas jornadas, los triunfos conseguidos a costa de Alcoyano (3-3) y, este pasado domingo, Real Murcia (0-1), en el histórico estadio de La Condomina, han aupado al ATB hasta la posición número 12, con 40 puntos en su casillero, uno más que sus dos inmediatos perseguidores, Sabadell y Cornellá, y dos por encima del Intercity.
Con Calahorra y Athletic Club virtualmente descendidos, todo hace indicar que, en este tramo final de la temporada, los cinco puestos de descenso se dilucidarán entre el ATB y los rivales anteriormente mencionados, si bien los palmesanos se han colocado también a tiro de piedra de los equipos que se acercan a la zona templada de la clasificación, como Alcoyano (41 puntos, uno más que los mallorquines) y Nàstic (43).
BRILLANTE HOJA DE SERVICIOS
En la Vía de Cintura, todo son elogios para el trabajo que está desarrollando Tato. Bajo su batuta, la plantilla no conoce la derrota desde hace siete jornadas y ha sumado 13 de los últimos 15 puntos.
Ya durante su periplo en Santanyí, Tato dejó no pocas muestras de su buen hacer. Cuando tuvo que dejar la dirección técnica del filial para asumir su nuevo cargo en el primer equipo, el Santanyí estaba situado como colíder del grupo XI de Tercera RFEF, y, en las dos temporadas anteriores, lo clasificó para los playoff de ascenso a Segunda RFEF, en su primer año, y, la pasada campaña, se aseguró la sexta plaza y solo la diferencia de goles impidió que sus jugadores disputaran la fase de acceso a la categoría superior.
Anteriormente, Tato había entrenado a Manacor y CD Ferriolense, club en el que se fogueó como técnico, dirigiendo las divisiones del fútbol base y al juvenil de División de Honor.
El compromiso de José Antonio García Escudero como primer técnico del ATB finaliza, inicialmente, al final de esta temporada. Sin embargo, sus formidables números hacen pensar en la posibilidad de que pueda permanecer en el cargo más allá de esta campaña. Si es por méritos, parece claro que tanto Tato como su equipo técnico se han ganado a pulso su continuidad.
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