El menorquín Sebastià Taltavull, durante el discurso con motivo del nombramiento oficial como obispo de Mallorca, ha mostrado interés por trabajar "a buen paso y con alegría" por una Iglesia más cercana "que sirva de la mejor manera al pueblo".
Así lo ha asegurado este martes Taltavull, en el día en que la Santa Sede ha confirmado su nombramiento, tras haber estado ejerciendo funciones de administrador apostólico de la diócesis en la isla desde el 8 de septiembre a raíz de la renuncia de Javier Salinas.
El nuevo obispo, quien ha asegurado que los cristianos "no callarán nunca", ha señalado que a lo largo de ese tiempo ha visto que lo que se le pide hoy a la Iglesia es "proximidad, espíritu de servicio, lenguaje sencillo, presencia significativa, ofrecimiento de lo esencial y propuestas valientes y al alcance de la gente".
En este sentido, ha expuesto que en este año también ha percibido "el deseo vehemente de una Iglesia transparente, humilde y cercana a las personas, una Iglesia que vive la gratuidad y no exige nada a cambio". Asimismo, respecto a aquellos que la critican o rechazan ha asegurado que "todos tenemos parte de responsabilidad en el hecho de su alejamiento, pero creo sinceramente que vale la pena el esfuerzo de acercarnos a ellos".
En el discurso, ha reiterado "una vez más" su disponibilidad de servicio en esta nueva etapa que comenzamos "siendo entre un ciudadano más de esta tierra mallorquina".
Respecto a sus funciones como obispo auxiliar de Barcelona, que con el nuevo nombramiento deberá dejar, Taltavull ha asegurado que tras más de ocho años de servicio episcopal no tiene palabras para agradecer "todo el bien" que ha recibido y todo lo que ha aprendido.
El 25 de noviembre, víspera de la fiesta de Cristo Rey y clausura del Año litúrgico, se celebrará la toma de posesión del nuevo obispo en la Catedral de Mallorca.