En la reunión anual sobre la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) de la materia de Lengua castellana y Literatura del curso 2009-10, surgió la propuesta por parte de la UIB de crear unos seminarios de cada una de las asignaturas troncales, que sirvieran como enlace entre esta entidad y los centros públicos y privados de Secundaria y Bachillerato.
Así, nació el Seminario de castellano (“Semcaste”) compuesto por un grupo de profesoras -de la presencia masculina han disfrutado en contadas ocasiones- que se han reunido dos horas mensuales durante estos ocho cursos académicos, para poner en común, preparar, ejemplificar, concretar criterios de evaluación del 2º curso de Bachiller y aplicarlos con propiedad a la prueba de Selectividad, con la consecuente creación de unas bandas correctoras que facilitan la puntuación igualitaria de las respuestas del examen, y que incluso, han adoptado otros departamentos de diferentes colegios e institutos.
Este grupo de trabajo obtuvo su reconocimiento en sus primeros años, gracias a las acreditaciones concedidas por el CEP. En el 2012 se convirtió en un grupo de investigación asociado al IRIE y pasó a denominarse Seminario específico del Bachillerato a la Universidad de Lengua castellana. Las líneas de investigación eran sobre la Didáctica del Comentario de texto, de la Lengua y de la Literatura castellana. En los dos últimos años, la oferta formativa ha cambiado y ya no se les concede ningún crédito de formación. Sin embargo, en la última reunión que fue el pasado 30 de septiembre, el número de asistentes se dobló y esto significa que a pesar de su desánimo por la situación actual que es desalentadora, un viernes por la tarde de cada mes (como si el quinto día de la semana no tuvieran nada más qué hacer) siguen trabajando en lo que creen, con ilusión y dedicación, sin ningún reconocimiento ni gratificación.
Hasta ahora, como era lógico a la hora de elegir correctores para la PAU, la Universidad había contado con filólogos integrantes de este Seminario con oposiciones aprobadas, pero en las últimas pruebas el principal encargado de las correcciones ha sido un filósofo con oposiciones a Filología (solo varían dos letras) que no cuenta con estudios iniciales de esta especialidad en su carrera y que para más inri, nunca ha participado en el grupo de “Semcaste”.
Hay que añadir que para continuar su labor, este seminario se concentró en la preparación de una prueba modelo de la nueva Reválida para los estudios no obligatorios, que se entregó en junio del presente año al Secretario Técnico de Acceso a la Universidad (J. E.), a la Inspectora de Centros de Secundaria como representante en la Comisión Organizadora de las Pruebas de Selectividad (C. V.), y a la Profesora especialista de Lengua castellana y Literatura (P. T.) A fecha de hoy, no se ha obtenido respuesta alguna de ninguna de las tres partes.
Para las autoridades y entidades educativas deben ser más importantes otras competencias políticas que informar a miles de alumnos y profesores de las nuevas Reválidas. La fecha límite parece ser el 30 de noviembre, así que todavía nos quedan dos meses por delante para saber cómo serán estas pruebas, aunque en secundaria no sean vinculantes, creo que es un hecho vergonzoso a estas alturas del curso.
Por otra parte, no existe ningún país europeo donde dediquen más horas lectivas a una lengua extranjera y con desdoblamientos en sus clases, que a sus propias lenguas oficiales. Aquí, somos diferentes respecto al tratamiento de las lenguas y los profesionales que las imparten no son tratados con el debido respeto que se merecen. Suspensos y final en suspense.