La recuperación de Son Dureta como complejo sociosanitario es una magnifica noticia para Palma y para Mallorca, y por extensión, para toda la comunidad. El que fuera durante más de cincuenta años hospital de referencia de las Baleares lleva siete años cerrado y sus instalaciones sumidas en el más absoluto abandono. Ahora, el complejo se enfrenta a una profunda remodelación que incluye nuevos servicios y una importante actuación urbanística de todo el entorno, desde la calle Andrea Doria, que ganará anchura, hasta el bosque de Bellver.
La idea es iniciar en 2019 el derribo de tres de los edificios actuales, para emprender la construcción de uno nuevo a partir de 2020. La operación dará como resultado un moderno complejo que incluirá un centro para pacientes crónicos de 242 plazas, un centro de rehabilitación y un centro de salud, además de la remodelación urbanística de todo el entorno y nuevos aparcamientos.
Para poder acometer el proyecto han tenido que intervenir varios departamentos del Govern, el Ajuntament de Palma y la Tesorería de la Seguridad Social, que es la propietaria de los terrenos. Estamos, pues, ante una operación compleja liderada por el Govern, que ha sido largamente reclamada por sectores ciudadanos y representantes políticos de las más diversas tendencias. Es de aplaudir, además, que la administración haya iniciado una actuación que, a diferencia de los habituales proyectos politicos, se prolongará más allá de una legislatura y que asignará los 120 millones de coste total en varios ejercicios.
En definitiva, un proyecto diseñado para mejorar el futuro de la ciudad y de los ciudadanos de la comunidad, más allá de los planes a corto plazo tan habituales en política.
