Una amiga ibicenca me reprende porque siempre soy crítico contra el Gobierno de la Comunidad y especialmente con su Presidente. Puede que tenga razón pero considero que escribir una columna que sea un masaje no tiene ningún sentido y además en su paga entra soportar las críticas de los ciudadanos.
Pues bien siguiendo con ese espíritu crítico que tengo respecto al Govern tengo que decir que la última ocurrencia de prohibirme ir a Formentor o a Sa Calobra me produce una gran indignación. Prohibir es más propio de otros regímenes. Esa solución es la más fácil cuando se es incapaz de resolver el problema de tráfico o exceso de personas de esos dos maravillosos lugares.
El modelo turístico de este pequeño país es de sol y playa y desde antiguo se pretende cambiarlo; nos hemos quejado cuando los turistas estaban vuelta y vuelta en la playa y no visitaban la Isla, el centro de Palma o la Serra. Pues bien ahora que tenemos un turismo que además de sol quiere conocer nuestra cultura nos volvemos a quejar.
Quizás la solución no está en Mallorca sino en origen pero desde luego pretender que la solución pase por prohibirme ir a Formentor cuando quiera es demencial.
Señora Armengol por una vez, sólo por una, intente solucionar un problema sin prohibir nada y sin ponernos un impuesto; a lo mejor tendría que pedir consejo a alguien, el consultor Grau por ejemplo, y así mejorar la vida a los ciudadanos de estas islas, que esa es su responsabilidad.
Su amiga Maria Antonia Garcias, a la que Vd. colocó en un cargo de confianza sigue en el cargo a pesar de tener dos procesos judiciales por mobbing. Ahórrese reproches en el Parlament como hace una semana en el Parlament. Vd. es como a los que critica. Que pasen un buen día.
