Umberto Eco ha publicado su última novela titulada en castellano “Número cero”. En la versión inglesa “That’s the press, baby”. Eco se pregunta y nos obliga a reflexionar sobre el objetivo actual de los medios de comunicación. Están para contar y analizar lo que pasa y es noticia, o más bien para ocultar lo que realmente pasa y no debe llegar a ser noticia. La pregunta tiene varias respuestas, pero ninguna que sume todas las versiones. Ni uno ni otro. Todos los Medios, todos, tienen un ideario, línea, objetivo o dependencia de un poder: económico, político, social o religioso. Los públicos, en España, se enmarcan entre la Constitución y el Estatuto de Autonomía de las Comunidades. Medios y periodistas son los encargados de cohesionar la sociedad y educarla en criterio. Del clásico informar, formar y entretener, ahora manda la formación del criterio. De ahí las diferentes formas de contar, informar, y formar a la sociedad, con el objetivo de conseguir que piensen, actúen y valoren desde la visión del educador. Es decir, del Medio. Estos días estamos asistiendo a un cambio impensable ni predecible de la sociedad española. Un cambio que se reflejan en los cambios que los grandes Medios están acusando. De cabecera de la izquierda a BOE de la derecha. De catecismo de la derecha a libro rojo de la izquierda. Ya nada es como antes, ni nosotros mismos somos como antes. Un periodista compañero ha predicho que antes de dos legislaturas, los grandes partidos serán minoritarios. Otro, ha afirmado que solo la independencia del periodista garantizará a la sociedad la imparcialidad de las noticias. Los dos tienen razón. Pero qué pasará cuando los Medios no obtengan los ingresos necesarios para seguir pagando nóminas y propagar sus contenidos. Desparecerán, como ya les ha pasado a muchos, o se reconvertirán al nuevo catecismo? Sea como fuere, los nuevos tiempos necesitan de una nueva prensa, de nuevos Medios de Comunicación, de nuevos periodistas que cohesionen una nueva sociedad. Y en eso estamos muchos.
Como dice Eco y como dijo Bogart, ese ruido es la prensa, baby, y nada podrás hacer para pararlo. Nada.