Sin papeles y montando desórdenes en la vía pública

La prensa publicó que tres de los cinco detenidos tras los disturbios en Son Gotleu son personas que están en España irregularmente, sin papeles. Observen el detalle: en España, los ilegales no sólo no van escondidos, temiendo que si los detectan los puedan echar del país, sino que encima se permiten montar follones hasta el punto de tener que ser detenidos por la Policía (enfaticemos aquí el “tener que ser detenidos”, porque para ir al calabozo en un incidente de estos no basta con dedicarse a la actividad comercial que todos conocemos, ni siquiera con estar haciendo follón, sino que hay que estar liderando la revuelta, acosando a la policía a la cara). Un país serio puede o no aceptar inmigrantes, pero si los acepta -lo cual a mí me parece bien-, se tiene que hacer con control, sabiendo quién es quién, cuantos son los que entran, qué antecedentes tienen, y se los legaliza desde el primer momento para que paguen impuestos si trabajan, para que no sean explotados y para que accedan a la sanidad y educación como toca. Aquí, por el contrario, no sabemos quién ha entrado, les damos sanidad y educación a todos, los explotamos porque no tienen papeles y, para colmo, nos montan follones en las calles, desafiándonos desvergonzadamente.