En ciudades pequeñas, en ciudades grandes, en España o en el extranjero, si das un paseo puedes encontrar un tipo de personajes muy especiales. Con un aspecto retro, atados a un smarthphone, iPad o trabajando con un McBook, bebiendo café con un cupcake, acompañados de sus inseparables gafas de pasta, ropa vintage o camisetas de grupos de los que no habías oído hablar nunca, con un discurso irónico cargado de citas de autores que te resultan extraños. Así, son los hipsters. Denominada como la última subcultura del siglo XX, es una tribu urbana que algunos expertos datan su origen en los años 40 durante el alumbramiento del jazz, para otros como el sociólogo Mark Greif, autor de ¿Qué fue 'lo hipster'? (2011), se trata de una subcultura cuyo origen se da en los años 90, generada por el neoliberalismo. Según el autor, un hipster es nihilista, individualista, naif y con tendencia a combatir los problemas sociales, con ironía más que con la acción. En lo que todos los estudiosos coinciden es, en que un hipster jamás va a reconocer serlo. Los hipsters han ocupado las zonas y el paisaje urbano, dándole un toque cool a su entorno. En Palma, la zona de Santa Catalina, es el territorio de esta subcultura. Negocios como BConnected, tiendas de ropa vintage como De tu, second hand, a mi, o galerías de arte y decoración como The Window, el Restaurante Bros o la cafetería The Room o dentro del mercado La Coquería son los espacios frecuentados. Si paseas por el barrio puedes verlos en su vespa o en bicicleta, entonces te das cuenta que de ser un barrio de pescadores, Santa Catalina se ha convertido en una de las zonas de la ciudad con más estilo. Y ¿Cómo son estos personajes? Tienen profesiones como Bellas Artes, Filosofía, Historia del Arte, Arquitectura, Fotografía, Dj, Diseño, Música o Literatura, tienen pasión por las últimas tendencias y gustan de desarrollar oficios relacionados con el mundo artístico y las letras. Tienen un poder adquisitivo medio, medio alto, son grandes consumidores de literatura, arte, exposiciones, festivales alternativos ya sea de cine o música. Odian todo lo que suene a mainstream o comercial. En su vida y conversaciones no tienen cabida, los negocios, los coches deportivos, hablar sobre el trabajo, despreocuparse del calentamiento global o todo aquello que suene a rutinario. Hay quienes se sienten identificados y siguen la cultura hipster, otros, solo lo aparentan – ya sabemos que la percepción es la realidad- guste o no esta tribu urbana, parece que han llegado para quedarse.
