Seis años de cárcel por violar y pegar a un transexual en Platja de Palma

La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a un turista alemán a seis años de cárcel y a indemnizar con 6.000 euros a una prostituta transexual a la que agredió sexualmente tras contratar sus servicios, el 21 de junio de 2013. Se trata de unos hechos por los que el acusado, quien se encontraba de vacaciones en compañía de su hermano y su sobrino en la Platja de Palma, está en prisión provisional desde entonces.

En su sentencia el tribunal de la Sección Primera recalca que, después de que la víctima le practicase la felación que habían acordado a cambio de 30 euros, el procesado, Markus A., le obligó a mantener relaciones más allá de lo que habían estipulado, agrediéndole con tirones de pelo y conminándola a ponerse de rodillas contra una furgoneta hasta consumar la violación.

Debido a la violenta actitud del cliente y después de que, finalmente, éste le dijera que también quería practicar sexo vaginal, la prostituta le devolvió el dinero para evitar que descubirera que conservaba sus órganos genitales masculinos e impedir que aumentase la agresividad del acusado.

Cuando volvió la víctima a la esquina donde practicaba la prostitución, según relata la resolución judicial, acudió de nuevo hacia ella el acusado y, a través de una persona que hablaba alemán, le requirió para que le dijera si tenía alguna enfermedad de transmisión sexual, a lo que la prostituta respondió que no, recriminándole a voces que le hubiera violado, momento en el que Markus A. le escupió.

Fue en el instante en que el afectado procedía a llamar a la Policía por teléfono y el procesado le propinaba como respuesta un puñetazo en la nuca, cuando agentes de una dotación policial presentes en la zona protecieron a detener al agresor.

En su declaración durante el juicio celebrado por estos hechos el pasado día 8, Markus A., quien únicamente respondió a las preguntas de su abogado, alegó "lo borracho que estaba" y defendió que los servicios pactados con quien identificó una mujer rubia incluían relaciones sexuales completas. El reo aseguró además que fue la prostituta quien en todo momento llevó la iniciativa.

Sin embargo, la víctima recordó como el turista le obligó a practicar sexo más allá del pactado "mediante el empleo de la agresividad y la violencia" y entre avisos de que el acusado es "una persona peligrosa". En este contexto, el tribunal observa "ningún motivo espurio, de resentimiento o venganza, se ha podido objetivae para sustentar que todo es una invención" de la prostituta para ocultar su verdadera identidad sexual.