Las últimas medidas sanitarias aplicadas por el Goven balear al sector de la restauración establecen que los locales están obligados a tener medidores de CO2 y que se debe usar mascarilla en interiores mientras no se bebe o come y cuando no se puede mantener la distancia de seguridad de un metro y medio entre personas.
Además, se contempla un número máximo de personas por mesa y el aforo en los interiores pasa del 50 por ciento al 75 por ciento. El horario máximo de cierre estará regido por la licencia que disponga el local y por las ordenanzas municipales.
Los restauradores contra las restricciones
Ligero alivio ante el final de la pandemia
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El sector confiaba en que, al no poder mantener las terrazas en el exterior ocupando la calzada, al menos se pudiese ocupar la totalidad del aforo interior. Craso error. La denominada "desescalada lenta" aplicada al sector no ha gustado nada a los restauradores: "Lo lógico es que si nos quitan las terrazas en el exterior, pues al menos que nos dejen ocupar todas las mesas en el interior. El disponer de unos interiores sólo al 75 por ciento nos repercute en el negocio, está claro. Esperemos que, de una vez por todas, a finales de este mes ya podamos tener el 100 por 100 del interior", indica Cristobal, dueño del bar Boulevard.
Paco del bar Micar va más allá al subrayar que "lo suyo es que pagásemos menos al no poder utilizar la totalidad del aforo interior. En los últimos días hemos notado una disminución de la clientela por lo que esperamos que cuanto antes podamos disponer de todas las mesas que tenemos en el interior".
Por contra, Pan, el dueño de la cafetería Grand Cafe, se muestra totalmente a favor de que se mantengan las restricciones sanitarias: "Me parece muy bien estas restricciones ya que todavía necesitamos mantener las distancias pues en un bar como este no sabes quién entra y cómo entra. Personalmente, las restricciones al 75 por ciento en los interiores me parece adecuado, incluso vería lógico que estas restricciones fueran del 50 por ciento. En este bar, antes tenía cuatro mesas y ahora tengo seis por lo que el 75% ya de por sí es más de lo que podía tener antes".
Por último, Ferran que no quiere que se sepa el nombre del bar "por si las moscas" relata que "desde que empezó la pandemia, los restauradores siempre hemos pagado el pato. Nos han machacado con tantas restricciones y ahora que prácticamente no hay pandemia, seguimos con restricciones. No hay derecho. Casi todos los sectores pueden abrir sin problemas y nosotros no podemos tener el aforo completo de mesas en los interiores. Esto no hay quien lo entienda. Por si esto no fuese suficiente, nos han quitado las terrazas en el exterior que eran las que salvaban el negocio. Si este negocio fuese suyo, seguro que no pondrían tantos impedimentos".
Todos los restauradores consultados confían en que pronto puedan estar libres de restricciones para que los negocios de bares y restaurantes vuelvan a funcionar al completo tras casi dos años de severas limitaciones sanitarias.
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