Inca. Situada en el Puig del mismo nombre, se construyó en 1229, cuando algunos anacoretas, huyendo de las revueltas y de la crítica situación, eligieron la soledad y dedicar su vida a Dios y a la oración, instalándose en el lugar, si bien hasta el siglo XV no tuvo una gran actividad. El exterior es de gran sobriedad, con un único portal de acceso con arco semicircular sobre el que se encuentra un rosetón y, rematando el conjunto, el pequeño campanario que siempre está presente en las ermitas. El interior es también muy sencillo, con una sola nave y cubierta de madera, que descansa sobre tres arcos ojivales. Un retablo dedicado a santa Magdalena preside el interior del templo.