Hoy este artículo no tiene mucho mérito, no lo he escrito yo, lo ha hecho la Inteligencia Artificial, concretamente ChatGPT. He querido hacer una prueba y parece que el resultado no está mal, aunque le falta la aportación personal, mi “contacto” con esta cocina o con algún cocinero de la isla que la practica, como Toni Pinya que, convertido al judaísmo, no come carne de cerdo en el “país” de la sobrasada. O Santi Taura, que con su cocina histórica, con su relato, siempre tiene alguna elaboración de origen seferdí.
Así lo cuenta ChatGPT.
“La gastronomía judía en Mallorca es un tesoro culinario que combina historia, tradición y sabores mediterráneos con raíces sefardíes. Aunque muchas de sus recetas se mantuvieron ocultas durante siglos por motivos religiosos y sociales, hoy resurgen como parte del redescubrimiento de la identidad xueta y la riqueza cultural de la isla.
En la cocina judía mallorquina destacan los ingredientes locales: aceite de oliva, almendras, miel, berenjenas, garbanzos y pasas. Estos productos, preparados con técnicas heredadas de generaciones, dan lugar a platos sencillos pero llenos de carácter.
Uno de los ejemplos más emblemáticos es el rostit de me (cordero asado), cocinado lentamente con hierbas aromáticas y frutos secos, evocando los sabores de la cocina sefardí. También son típicos los aguiats (guisos), en los que las legumbres, verduras y especias como el comino o la pimienta juegan un papel esencial.
En el apartado dulce, encontramos los buñuelos, preparados tradicionalmente en festividades, y postres con almendra como el gató, un bizcocho que, aunque hoy es común en toda Mallorca, tiene reminiscencias de técnicas judías en su elaboración sin harina.
Muchas de estas recetas reflejan adaptaciones culinarias marcadas por la necesidad: la exclusión de productos prohibidos como el cerdo, el uso del aceite en lugar de manteca, y la cocina sabática, preparada con antelación para evitar el trabajo en días sagrados.
Hoy, chefs y gastrónomos en Mallorca exploran este legado con una mirada renovada, rescatando sabores del pasado para fusionarlos con la cocina contemporánea. Degustar la gastronomía judía mallorquina es más que una experiencia sensorial: es una forma de saborear la historia viva de la isla”
Bueno, como prueba, vale, pero no lo voy a volver a hacer.