Aunque Maheta Molango no muestre el más mínimo interés por ello, los clubs de fútbol necesitan respetar su historia y, además, a sus símbolos. Todos los grandes los tienen, desde el Real Madrid –Di Stéfano, Gento, Amancio, Juanito, Butragueño, Michel, etc- al Barcelona –Kubala, Xavi, Puyol, Basora, Reixaxch,... – el Atlético Madrid –Luis Aragonés, Adelardo, Gárate, Collar, Calleja,...el Betis –Macario, Del Sol, Esnaola, Rios....-, el Athlétic –Iribar, Carmelo, Garay, Gainza, Arieta, Uriarte, Rojo y así podríamos seguir enumerando los nombres de un sin fin de futbolistas que permanecen en el recuerdo de los seguidores y merecen trato y consideración, incluso después de haber fallecido.
La afición del Mallorca también los tiene: Roa, Ezaki, Etoo, Ibagaza, Arango, Engonga, Paco Bonet y una larga relación de profesionales que lucharon por algo más que su contrato cada uno en su época. Pero ¿dónde están?. Ni uno solo en el organigrama, ni medio más allá de alguna foto colgada en los pasillos, ni mención de ser utilizados para conservar la esencia de lo que fue la institución cuyo equipo es uno de los apenas más de media docena que militaron 16 temporadas consecutivas en primera división. Y eso imprime carácter, pero también obliga a mantener con vida a los iconos que ayudaron a enraizar los sentimientos.
Los símbolos son, más que necesarios, imprescindibles. Mimarlos es síntoma de agradecimiento por lo que lograron, mientras que lo contrario retrata la pérfida idiosincrasia de los propietarios y ejecutivos al uso. La foto oficial de la plantilla en vigor se ha tomado sin el presidente. Sin duda otro hito negativo jamás visto antes. Que el señor Kohlberg no se entere del detalle y permita que entre el cuerpo técnico y el entrenador aparezca solamente un consejero delegado al que el mallorquinismo no estima, dice muy poco de estos señores por mucho dinero que tengan o hayan invertido. Que Iván Campo, oficialmente sin cargo, aún se siente en el palco junto al director deportivo y el de la ciudad deportiva, muestra hasta qué punto un futbolista que estuvo en la entidad un solo año y en calidad de cedido, ha recibido mejor acogida que todos los mencionados. Son muy ricos, pero terriblemente pobres.
