Las expectativas de recibir turismo británico este verano en Baleares se vuelven a retrasar. Las Islas no han conseguido ser consideradas de forma independiente del conjunto de España, una vez que el gobierno de Boris Johnson mantiene el archipiélago en la lista de destinos turísticos que sanitariamente no son seguros, y obliga a los británicos que regresan a su país a presentar PCR y guardar cuarentenas.
La decisión es un jarro de agua fría para el sector, que hasta este jueves esperaba el levantamiento de limitaciones para los turistas del Reino Unido que eligieran Baleares. Habrá que esperar a una nueva revisión, pero junio se presenta ya como un mes perdido en este aspecto y obliga a confiar en aquellos británicos que no se sientan desincentivados para viajar a Baleares a pesar de la cuarentena que les espera a la vuelta.
Ya el miércoles, el embajador de Reino Unido, Hugh Elliot, había señalado que era "poco probable" que España fuese incluida en el semáforo de destinos seguros que elabora el Gobierno de su país, al tiempo que afirmaba que "no es viable" una diferenciación por territorios, medida que habría beneficiado a autonomías con menos contagios de Covid como Baleares.
Con la incertidumbre sobre la evolución del turismo británico, la temporada en Baleares fía su viabilidad, sobre todo, a la llegada de viajeros nacionales y al turismo alemán, que mantiene buen volumen de reservas. De hecho, Baleares concentra el 60 por ciento del turismo que sale de Alemania, con cifras de llegadas a los aeropuertos del archipiélago que aumentan a un ritmo de 30 por ciento semanal y una conectividad aérea prevista similar a la de 2019. Reino Unido, de momento no se suma a esta ola de viajes y deja en espera a un destino como el balear, favorito entre sus nacionales.
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