Reflexión sin ira
viernes 22 de mayo de 2015, 21:21h
Llegó el día. Ya tenemos entre manos la jornada para los premios y los castigos. El examen final a los cuatro últimos años de cada uno de los partidos, de los candidatos, de las gestiones, de los comportamientos, de los talantes.
Hoy, en mallorcadiario.com y en las televisiones les volveremos a ver a todos. Acompañados por la familia irán a votar a su colegio electoral. Nos dirán aquello de "la fiesta de la democracia", de "votar con responsabilidad", etc. Nos lo sabemos de memoria.
Hoy vuelven a aparecer los candidatos a escena aunque, de verdad de verdad, nunca se han ido. ¿Qué queda de la jornada de reflexión?. ¿Qué sentido tiene?.
Nos estamos quedando atrás con esto de guardar un día para la reflexión y pensar nuestra decisión final de cara a esa urna que ya nos espera. Los países de nuestro entorno nos han vuelto a dejar anacrónicos reformando sus respectivas leyes electorales para quitarle rigidez a una jornada en la que los políticos no pueden pedir el voto. No lo piden -cumplen- pero están en todos los informativos.
O quitamos el día de reflexión, o les prohibimos mostrarse "reflexionando" en las terrazas de los bares de sus pueblos, o paseando al perro, o comprando en el mercado en su reposo del guerrero tras la dura campaña electoral.
Ya no queda ni la magia de descubrir cómo los políticos descansaban antes de la gran cita. Ahora, sus servicios de prensa te detallan dónde harán el "posado" y a qué hora. Gracias por facilitar el trabajo. Pero el asunto ha perdido encanto desde que está cocinado.
Mejor nos cargamos la jornada de reflexión porque los indecisos -que parece que hoy aún son muchos- no han dedicado el sábado a decidirse. Muchos lo hacemos en el último minuto.
Bueno, por lo menos nos hemos ahorrado un día de "o nosotros o el desastre" y "hay que quitarlos a todos".