INGREDIENTES: una brújula, sentido común, escuchar a tu corazón, comenzar a pensar en ti mismo y la mochila sobre los hombros.
ELABORACIÓN:
A todos nos ha pasado, en algún momento de nuestra vida, que nos encontramos perdidos, sin rumbo fijo y sin saber muy bien hacia dónde dirigirnos.
Cuando esa sensación inunda nuestro alma, solo nos queda optar por la decisión más sensata, seguir a pies juntillas la receta que ahora comenzamos a elaborar.
En primer lugar coge una brújula y si no tienes una a mano, sal corriendo a hacerte con una, te servirá en muchos momentos de tu vida.
Cuando la tengas entre las manos, como si de un talismán se tratara, intenta recordar cuál era el camino que querías recorrer en tu vida e intenta recordar, que cosas te sacaron de tu camino, cuales eran tan importantes como para que lo consiguieran y qué razones fueron las que hicieron que te desviaras de tu rumbo.
En ese momento coge el ingrediente principal, que es pensar en ti mismo, no en lo que quieren que hagas las personas que te rodean, tus hijos, pareja, padres, hermanos o amigos, cierra los ojos, coge tres respiraciones profundas e intenta recordar cuales eran tus sueños, las razones por las que te movías interna y externamente y comienza a imaginar que cosas podrías haber conseguido si no te hubieras preocupado más por los demás que por ti mismo.
Para conseguir ver dentro de ti, coge el ingrediente de escuchar a tu corazón, desde tu foro interior, intenta escuchar a esa vocecilla interna que todos llevamos y nos habla cada día repitiéndonos todas las cosas que hacemos bien o mal.
Solo desde dentro de tu corazón podrás volver a recuperar el rumbo de tu vida.
Una vez que hayas escuchado esa vocecilla interior, coge el ingrediente del sentido común, e intenta sacar de tu vida todo aquello que te pesa y es una mochila para ti.
Todos llevamos una de esas pesadas mochilas sobre nuestros hombres, algunas más pesadas que otras y es importante que sepamos qué cosas son las que dan peso a esa mochila.
Entonces deberemos quitar esas piedras tan pesadas que cargamos día tras día dentro de ellas, sobre nuestros hombros y dejar en ella solo lo imprescindible, ya que para recorrer de nuevo nuestro camino, no podremos ir muy pesados o enseguida, perderemos el ingrediente del sentido común y nos saldremos nuevamente de nuestro camino.
Siempre tira de esa brújula interior, intenta hacer lo que te dicta el corazón y recuerda utilizar el sentido común y verás cómo sin lugar a duda, vuelves a retomar tu camino y a encontrar el rumbo de tu vida, ese que te hacía tan fácil.
Tú sólo puedes hacerlo, ya que no debes de olvidar que, toda decisión que tomas en tu vida, es lo que crea ese camino y sólo tú eres el creador del mismo y por tanto el único que puedes modificar el rumbo de tu vida.
