Rajoy votará a la izquierda

Lo tiene todo milimétricamente calculado. Pertrechado en una obsoleta pose que peca que militarista, todavía no se ha enterado de lo que significa realmente la acepción actual “Nacionalista”.

Con un discurso arcaico, amenazante, que evoca carros de combate también pasados de moda, está ganando a mansalva, día a día, votos para la izquierda.

Y es que lo han “fichado”. No cabe otra explicación. Rajoy se ha convertido en agente secreto, un agente doble como la de “Alias”, y mientras simula ser del PP, en realidad, gana adeptos para otras filas.

Tan mal asesorado no puede estar. Es imposible que no se haya enterado de que el PP en Catalunya no tiene NADA que hacer y que ese discurso no le va a arrancar allí ni un solo voto.

En cambio, eso sí se lo garantizo, de continuar con el mismo tono, las mismas maneras y el mismo hilo argumental, las elecciones de noviembre van a ser su tumba y la del PP.

Es evidente que se ha vendido porque es de Perogrullo darse cuenta que, con un simple cambio de liderazgo, con una lectura distinta y más apaciguada de lo que supone el “nacionalismo”, con un talante más moderado, tolerante, dialogante y discreto en Catalunya, el PP habría tenido una oportunidad en noviembre de continuar gobernando.

Me abruma la capacidad de los políticos apoltronados para no darse cuenta (en pleno apogeo de su “endiosamiento”), de cuando llega la hora de irse, él y sus fieles adeptos.

La derrota del PP en las generales está cantada. Rajoy entona cada día un nuevo réquiem, hipnotizado como esta por ese peligroso halo (que caracteriza a los mediocres en el poder), que consiste en creerse: benefactor y salvador de todos, incluso de aquellos que no queremos que nos salve nadie.