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Quines poques feines

Por Pilar Carbonell
domingo 04 de abril de 2021, 03:00h

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Es una expresión de nuestra tierra que en este caso define muy bien lo que viene siendo que el Alcalde de nuestra capital se aburre. Si no fuera porque la mayoría de palmesanos juntamente con transeúntes llegados de otros lugares pensamos que Palma es una ciudad abandonada a su suerte quizás el Excelentisímo nos daría algo de pena, pero siento comunicarle que el sentimiento generalizado es más bien todo lo contrario y pena ninguna.

Palma es una ciudad hermosa y como tal debería lucir sus encantos. Es una capital para admirar, rebosa arte por sus cuatro costados pero muy a pesar de los que la vivimos, esta sucia, luce vandalismo en la mayoría de sus mejores fachadas del casco antiguo, plazas y aceras literalmente destrozadas, jardines sin a penas una flor lo que la convierte en lo más parecido a un desierto urbano que en la mejor ciudad del mundo para vivir.

Me abochorna que se nos conozca más por las ilustres ideas de nuestro máximo dirigente municipal, al que a buen seguro el encierro debe haber afectado en negativo, que por su belleza y hermosura. Una ciudad como Palma merece otro tipo de atención y dedicación, merece brillar.

Hace tan sólo unas semanas le veíamos junto a otro poste más en la Plaza España que dicho sea de paso si algo necesita la citada plaza no es precisamente otro estorbo sino ma de mestre como diríamos los locales, ya que siendo centro neurálgico de la ciudad es una vergüenza el estado en el que se encuentra. El contador de arboles en cuestión es mas un recordatorio personal de promesas electorales por cumplir, que una necesidad de los ciudadanos.

No contento con su poca ingeniosa manera de contribuir a la sostenibilidad del planeta, la semana pasada nos volvía a sorprender con otra creativa idea de cambio de nombre en algunas calles, como si no hubiera nada mas que hacer. El Sr. Hila además se atreve a justificar su siguiente cagada responsabilizando a quien le paga y alegando que “en un año, nadie ha presentado alegaciones” y es que su Excelentisima autoridad pretende que le hagamos el trabajo, quizás no recuerda que los demás tenemos altres feines como para hacerle el suyo. Podríamos recordarle que él ha tenido el mismo año para estudiar en profundidad su propuesta, asesores mas que suficientes para indagar en la historia y seguramente un millón de asuntos de mayor importancia que resolver como para cometer semejante estupidez. De no encontrar tareas para poder desarrollar en los próximos meses, seguro que si se da una vuelta y charla con algún ciudadano propuestas no le van a faltar. Le invito a un café Sr. Alcalde!!

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