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Día del Orgullo LGTBI: que cada palo aguante su vela

Por Joan Miquel Perpinyà
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jmperpinyamallorcadiariocom/10/10/25
miércoles 28 de junio de 2023, 10:59h

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Hoy se celebra el Día Internacional del Orgullo LGTBI. Pese a ser una celebración internacional, no se conmemora en todo el mundo, pues según la ILGA, en 70 países del planeta, ser gay o lesbiana es ilegal; en 11 países incluso está castigado con la pena de muerte, la mayoría de ellos son estados teocráticos musulmanes: Arabia Saudí, Irán, Yemen, Sudán, Nigeria, parte de Somalia, Mauritania, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Pakistán y Afganistán.

La celebración en España y más concretamente en Baleares, se está viendo empañada por la decisión de la Mesa del Parlament recién constituido y que preside Vox, de oponerse a la solicitud de PSIB y Més de colgar la bandera arcoíris LGTBI de la fachada del Parlament, como se había venido haciendo en los últimos años sin el menor problema.

Es cierto que en 2020 la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo sentenció que el uso de banderas no oficiales en el exterior de los edificios y espacios públicos “no resulta compatible con el marco constitucional y legal vigente”. Tal interpretación se extiende al uso “ocasional” de esa bandera “aun cuando las mismas no sustituyan, sino que concurran, con la bandera de España y las demás legal o estatutariamente instituidas”. Como vemos, la sentencia del Supremo se han venido ignorando olímpicamente en este y otros asuntos, algo que hemos asumido como normal, cuando no lo es.

En la Mesa del Parlament, los dos miembros del PP y el presidente de Vox, votaron en contra de colgar la bandera arcoíris, imponiéndose a los dos votos del PSIB que votaron a favor. Y ahí tenemos al PSOE haciendo de esta ‘afrenta’ todo un ‘casus belli’ para movilizar al colectivo LGTBI, el día que se celebra en Palma la manifestación del Orgullo que organiza Ben Amics, para protestar contra PP y Vox.

Que cada palo aguante su bandera y que PP y Vox asuman la responsabilidad política y el desgaste que supone no colgar la bandera de este colectivo tradicionalmente discriminado y vilipendiado, hasta no hace tantos años perseguido incluso penalmente. Ellos sabrán qué hacen y las consecuencias de sus decisiones, a las puertas de unas elecciones generales.

Pero que se cuelgue o no se cuelgue una bandera en un edificio público no significa nada más que eso. Y el Supremo ya dijo en 2020 que no había de hacerse nunca. Ni la del Orgullo ni ninguna otra.

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