Sin embargo, las páginas perdidas fueron finalmente descubiertas tras ser iluminadas y posteriormente fotografiadas en alta resolución.
La adolescente judía y su familia se escondieron de los nazis en un anexo secreto en una casa en Ámsterdam durante la Segunda Guerra Mundial. Finalmente fueron descubiertos y Ana murió de tifus a los 15 años en el campo de concentración de Bergen-Belson en 1945. Su diario se publicó dos años después, ha sido traducido al menos a 60 idiomas y se ha convertido en un símbolo del horror del Holocausto.