Poco ha tardado el equipo de gobierno municipal de Palma en incurrir en los primeros incumplimientos. A pesar de que las tres formaciones que integran el gobierno de Cort, que preside el alcalde José Hila, abanderan "una nueva forma de hacer política", la novedad ha sido decepcionar a sus votantes aumentando el número de asesores con respecto a la legislatura pasada. En total, 18 asesores (dos más que durante el mandato del alcalde Isern), sin descartar que aún pueda haber mayores incrementos.
Se aduce que ahora hay más grupos municipales (de tres se pasa a cinco), pero la realidad es que habrá que asumir un coste de 50.000 euros mas al año (200.000 euros en toda la legislatura) de más que dudosa utilidad pública más allá de permitir a los partidos políticos satisfacer a sus propios militantes y repartir cargos.
La regeneración democrática que anunciaron a bombo y platillo Psib, Més y Som Palma se traduce hasta ahora en mayor gasto público y en repartirse cargos y en especial la alcaldía. Contrasta que en Marratxí, por ejemplo, el consistorio haya logrado ahorrar 154.000 euros anuales reduciendo en sueldos de cargos de confianza, lo que demuestra que es un asunto de voluntad política a la hora de cumplir con la palabra dada a los votantes.