Si la Federación Balear de Fútbol se planteaba incorporar mujeres a su junta directiva lo hubiera podido hacer antes sin necesidad de esperar al pasado 8 de marzo. Ahora corre el riesgo de que a Miquel Bestard, su presidente, se le califique de oportunista y quienes lo hagan tendrán razón. En la elección de las señoras en cuestión también se ha contemplado la paridad, dos de Mallorca, una de Ibiza y otra de Menorca. Una tontería como la anterior.
A ver, que no se ofenda nadie. Siempre he pensado que las cuotas son ilógicas, además de injustas. En el caso de las féminas me parecen un insulto porque lo que proclaman no es la inteligencia del género, sino sencillamente su sexo. Analicemos en función de conocimientos y capacidad y si en una mesa de juntas tiene que haber una mayoría femenina, adelante con los faroles. Lo mismo vale para las islas. Si en cualquiera de las pequeñas, fuera Menorca, Ibiza o Formentera, hubiera mentes más preclaras que en Mallorca, por qué no deberían ocupar más puestos.
Básicamente vivimos en la época de lo políticamente correcto, del postureo y de la mentira. Algunas son trolas inofensivas, otras piadosas pero también las hay cargadas de mala intención, en ciertos casos para hacer daño y en otros en busca de objetivos espurios. Y, sinceramente, todos estos rollos que nos inventamos tras los cuales y por otra parte no deja de haber una estrategia política, me traen sin cuidado.
Si estuviéramos en un mundo normalizado, no celebraríamos días especiales de nadie y menos de cuestiones tan naturales como los derechos del hombre independientemente de su sexo. A este paso acabaremos celebrando el día mundial del psicópata y entonces no bastarán las calles para acoger tanta manifestación. La psicópata y el psicópoto, claro.
