La respuesta es más que obvia: porque tenemos las mejores universidades del mundo. O no. Es más que posible que el clima, la gente y la buena vida ocupen un lugar preferente en las solicitudes de los universitarios extranjeros, muy por encima de otras consideraciones académicas. La foto de esta alumna de ERASMUS no deja lugar a dudas. Se lo está pasando pero que muy bien. ¿No les parece?
