El Govern Balear debería aprovechar la oportunidad que nos da esta sobreabundancia de idiotas para convertir el toro de Algaida en un centro internacional de pintura o de imágenes, para hacer un 'happening'. Para no arruinarnos, lo suyo es que en lugar de pintar, proyectáramos imágenes, colores, flores y adornos sobre la superficie del toro. Por supuesto, habría que poner por allí unos urinarios móviles, un aparcamiento y una caseta para la Guardia Civil, que lo registra todo; un centro de prensa para que los periodistas trabajen y unas butacas para los voyeurs. Joan Huguet debería tener también su área, porque le encanta pintar algo. Ustedes verán: no deberíamos dejar de pasar una ocasión así para institucionalizar el ridículo, convertirlo en algo oficial y ya que eso nos distrae, pues adelante. Así tendremos ocupados a los más serios de nuestra sociedad.
