Una de las bases del éxito de cualquier líder radica en la elección de un buen equipo. Uno de los principales aciertos del alcalde de Palma Mateo Isern fue la inclusión de Fernando Gilet en su equipo.
Gilet brilla tanto en su faceta de gestión como en la de imagen. Al frente de la Concejalía de Cultura y Deportes, ha sabido elaborar un estudiado plan de actividades “sin gastar un euro” como él mismo afirma, en una labor que roza la magia o la alquimia. Y también gracias a su tenacidad finalmente será una realidad la reforma del polideportivo de Son Moix destruido por el “cap de fibló” del 4 de octubre de 2007.
En el plano personal, Fernando Gilet desprende una imagen impoluta digna del yerno que toda madre quisiera tener. Elegante, educado, director de banca, deportista, y padre de familia numerosa es la carta de presentación de un joven que ha vivido la política en casa -es hijo del exconseller Francesc Gilet- y que tiene un futuro prometedor.
