Se usa en los juegos infantiles para echar a suertes, y decidir, mediante el azar, el que tiene que pagar lo que el juego exige.
Hace ya más de 39 años que intentaron acabar con nuestra democracia. El fallido de golpe de Estado perpetrado el 23 de febrero de 1981 por algunos mandos militares en España, supuso el secuestro durante 18 horas del Gobierno y de los diputados en el interior del Congreso de Diputados, así como la ocupación militar de la ciudad de Valencia, en virtud del estado de excepción proclamado por el teniente general Jaime Milans del Bosch, capitán general de la III región militar.
Desde el primer momento hubo dudas sobre la actuación del rey Juan Carlos, que, según la opinión de muchos españoles, actuó tarde y mal.
El teniente coronel Tejero y sus guardia civiles irrumpieron a las 18,23 horas en el Congreso de los Diputados y no fue hasta pasada la 1 de la madrugada del día siguiente que el rey, ¡siete horas siete más tarde!, vestido de militar, se dirigió a los españoles para decir que ya había tomado una decisión y que seguiríamos siendo una democracia.
Hay una pregunta que nos hacemos muchos españoles, y es: "¿Qué diablos estuvo haciendo durante todo este tiempo sobre el que se ha extendido un estúpido y tupido velo?"
La contestación, como en la canción infantil del título del artículo, es que estuvo contando, como si lo estuviera echando a suertes. Si sale cara, democracia; si sale cruz, dictadura.
El propio Sabino Fernández Campo, el secretario del rey aquella tarde-noche del 23 de febrero de 1981, lo confirmó años más tarde en una entrevista concedida a un periodista español: “Su Majestad estuvo dudando hasta que salió por televisión y leyó su mensaje a los españoles”.
Estuvo hablando con los capitanes generales para saber cuáles estaban a favor de la legalidad vigente y cuáles no. Ni de sus propios generales se fiaba, y solo trató de salvar su cuello, su corona y su mamandurria. En palabras del propio Sabino, el rey comentó, mientras estaba contando capitanes generales: “No todos los capitanes generales con los que hemos hablado y se han puesto firmes, han sido sinceros. Según Jaime (general Milans del Bosch), no todos están con la Monarquía, y todavía 'esto' puede tomar otros derroteros. Al parecer, algunos piensan en la República”. Para continuar diciendo: ”Sabino, déjate de legalidades y constituciones, que a un general con tropa armada y carros de combate se le cruzan los cables y, de momento, te manda al exilio y si son 4 ó 5, ni te cuento... Y recuerda que Armada también me habló de generales partidarios de una República”.
En una palabra, no es solo que se dedicara a llenarse los bolsillos a costa de comisiones y de donaciones, en palabras de Emiliano García-Page Sánchez, presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ¡que al parecer tiene linea directa con el que le daba el dinero!; es que, en el único momento en que debía demostrar que era digno de ocupar el cargo que ocupó durante demasiados años, se dedicó a contar capitanes generales que estaban a favor de la legalidad y cuáles en contra, y cuando estuvo seguro de salvar su cuello, se disfrazó de militar y apareció compungido por televisión. ¿Capisci?